jueves, 29 de marzo de 2007

El demonio de las armas (1949)

Para estrenar realmente este espacio, voy a recurrir a una pequeña crítica que hice, por hacer, sobre esta película en Filmaffinity:

Como las municiones y la pistola. Así se definen en la película y así son. Y la película es eso, pero es también la boina y la fatalidad de Peggy Cummins y las justamente famosas escenas rodadas desde el coche. Y si a todo ello se le añade, además, fatalismo, el magnífico travelling hacia atrás que abre la película y el precioso picado que la cierra, se obtiene una gran película.



La película se abre, como decíamos con un bello travelling desde un arma expuesta en un escaparate reflejando la obsesión que por ese elemento siente desde niño el protagonista. Esta obsesión, unida a la fatalidad de una mujer llevará a su protagonista a una huida siempre hacia adelante que le acabará devolviendo a su casa y a su final...



Ahora toca volver a currar.

El principio

Como decía la publicidad de cierta película, "toda saga tiene su comienzo", pues bien, finalmente me he decidido a perder algo más del escaso tiempo de que disponía para hacer un blog. Desconozco cuánto lo actualizaré, cómo, dónde o por qué, pero bueno, supongo que lo importante es el hecho en sí, así que...

Lo dicho y un saludo a la gente que seguro que me visita aunque sólo sea por pena.