miércoles, 30 de enero de 2008

Miedo y Asco en Las Vegas - Terry Gilliam

Dos tipos en un descapotable. Uno semiinconsciente, otro cazando murciélagos invisibles. Una larga carretera que atraviesa el desierto. Y un maletín repleto de éter, ácido, cocaína, cannabis,... Es el inicio de una road movie, de un viaje físico y mental en pos de lo que uno de ellos denomina "el sueño americano".


Basada en el homónimo relato de Hunter S. Thompson, la historia se centra en los primeros setenta, cuando el periodista encarnado por un alopécico y excesivo Johnny Depp (para hacerse una idea, haciendo de pirata estaría sobrio y mesurado) y su abogado, un Benicio del Toro muy pasado de kilos y con brotes psicóticos, se acercan a Las Vegas a cubrir un carrera de motos, en primer lugar, y una convención de policía antinarcóticos, en segundo. Sin embargo, bajo esta excusa argumental, surge una bacanal visual totalmente alucinada, algo a lo que también ayuda el tono totalmente excesivo, desmesurado de los (únicos) protagonistas de la historia, que se comportan rebosantes de la hybris griega.

Y Terry Gilliam, totalmente desatado, llena el film de extraños movimientos de cámara, encuadres forzados, travellings, grúas, picados y contrapicados. Elementos que contribuyen, aún más si cabe, a aumentar el extrañamiento de todas las situaciones, a alimentar los efectos especiales que reflejan los estados alucinados del personaje que interpreta Depp. Imágenes, a veces salvajes y sincopadas, otras suaves y cadenciosas, como el precioso travelling acuático en la inundada habitación del hotel.

Un espectáculo visual, demente y lisérgico, a veces violento, con una preciosa banda sonora de la época (maravillosos esos Jefferson Airplane durante el "mal viaje" de Del Toro con su White Rabbit de fondo) que supone en cierta medida una violación de ese "sueño americano" que rastrea durante sus múltiples viajes (mentales) el personaje principal. Una visualización de la agonía de la liberación espiritual de Timothy Leary, del movimiento hippie. Una crítica al mundo norteamericano que se extinguía y una crítica que, en cierta forma, también toca puntos actuales.
Sin embargo, y a pesar del espectáculo visual, del derroche imaginativo, que lleva hasta el límite (e incluso lo cruza) algunas situaciones y de apuntes interesantes, la película acaba pecando de falta de continuidad, las escenas se suceden con desigual interés y esas críticas que señalábamos antes acaban diluyéndose en esta orgía desvariada y lisérgica, haciendo de ella una película nada fácil, fallida y de interés discontinuo, irregular.

La película, a través del personaje de Depp, nos viene a decir algo que Kurtz ya adelantó tiempo atrás, el horror, el infierno, no son los otros. El infierno somos nosotros mismos.

lunes, 21 de enero de 2008

Nick Cave

Sí, estoy preparado para el amor, y para el rock. Estoy preparado para escuchar baladas asesinas desde ella a la Eternidad, para escuchar la lira de Orfeo y el blues del matadero. Para que hable de asesinatos de vaqueros y de cobardes, de Henry Lee, ¡Oh, nena, estoy en llamas!, ¡cántame la canción del barco en el lugar donde crecen las rosas salvajes!. Estoy preparado para que este crooner del más allá, esta garganta tenebrosa, y también profunda, me lleve a las alas del deseo, al cielo sobre Berlín. Para que susurre, se arrastre, grite. Para que su piano ruja y las guitarras giman y deslicen su llanto y su furia. Para una orgía nocturna de rabia sincopada. Y para que el señor Cave exija a Lázaro que cave sin descanso...

Y es que parece ser que el día 24 de abril vendrá con sus malas semillas a Zaragoza.

EDITO: Finalmente, a pesar de lo apuntado en el link previo, no vendrá a Zgz: el 24 en Anoeta y el 25 en la Razzmatazz (una pena, vamos).

viernes, 18 de enero de 2008

Blade Runner - Ridley Scott


Tarde o temprano tenía que caer esta película y que mejor manera que aprovechando la edición re-definitiva (al menos hasta la próxima) que incluía en un maletín hasta un cochecito de regalo. Y sí, puede que en alguna ocasión mi vena freak me pierda, pero ya se sabe errare humanum est...

Como gran parte de la humanidad sabe bajo el nombre de Ridley Scott, realmente se esconden dos gemelos siameses idénticos. Bueno, al menos yo pienso eso, porque no me creo que alguien capaz de hacer películas como Alien o ésta mismo, sea capaz en otra ocasión de evacuar La teniente O'Neil, por ejemplo. Y es que da igual como la miremos, porque Blade Runner es una de las grandes películas, como mínimo, de mi historia.

Como decíamos antes, la excusa para este post es la denominada "versión definitiva", cuarta versión que conoce la película tras el "montaje original", el "montaje original internacional" y el "montaje del director", con lo cual esta "versión definitiva" en el fondo es el "remontaje del director" o, si se prefiere el "montaje que originalmente pensaría el productor pero que los productores no le dejaron hacer teniendo que estrenarse el montaje del productor". Ha quedado claro, ¿no?, pues eso.
Sin embargo, una vez entrados en materia y comparando las versiones, pocas novedades hay realmente entre la "definitiva" y el "montaje del director" (y ya saben, la parte contratante de la primera parte...). De cualquier manera para interesados en el tema de las diferencias, nada mejor que consultar esto.
Yo a pesar de los pesares, me quedo con la "original" , porque esa voz en off, le da un marcado tono de cine negro, incluyendo un descreimiento y un cinismo habitual en este mundillo de detectives, femmes fatales y tipos duros, y, personalmente, el noir me encanta.

Como gran parte de los humanos sabrán, Blade Runner narra la historia de un tipo que se dedica a "retirar" (= matar) replicantes (= pellejudos = robots-humanoides-que-llegan-a-La-Tierra-donde-no-pueden-estar). Concretamente, Rick Deckard (que no Blaine) es uno de ellos y tiene que encargarse de cuatro de éstos, aunque en las diferentes versiones el número es más confuso que los salvoconductos que guarda el otro Rick antes citado).

Pero junto a esta trama que sirve de base e hilo conductor de la película, van surgiendo diferentes vías argumentales, a veces sólo apuntes, que permiten hacer múltiples lecturas de la película logrando que gane en interés y matices. Desde la historia de amor con una replicante (nunca Sean Young ha estado igual de bella) hasta la propia posibilidad, más o menos insinuada según la versión, de que el propio Deckard sea un replicante, pasando por el hecho de que estos androides acaben resultando más humanos que los propios humanos y, de paso, por el camino citamos a Niezstche, a Sartre o a Freud.
Porque que se puede pensar de unos seres con una fuerza y una inteligencia sobrehumana, o mejor, y en términos niezstchianos, "superhumana", que vuelven a La Tierra para conseguir vivir más tiempo, puesto que tienen una fecha de caducidad. A ello hay que sumarle que finalmente acabarán enfrentándose y "matando al padre", de manera literal. Además, estos humanoides, que ansían vivir más, ante la falta de recuerdos propios, coleccionan fotografías antiguas aferrándose a un pasado que, en el fondo, saben que nunca fue propio.
Y luego está Deckard, cubierto por la gabardina, comiendo fideos bajo la incesante lluvia y que puede que no sueñe con ovejas eléctricas, en un mundo en el que los animales son fabricados, pero sí que sueña con unicornios blancos y colecciona fotos. Una ambigüedad constante, que en alguna de las escenas suprimidas quedaba totalmente resuelta. Por suerte es un extra y no una realidad. Es mucho mejor elegir.
En cuanto a la parte final, esa cacería humana que acaba sin malvado Zaroff, resulta sobrecogedora, aunque no tanto como el famoso y maravilloso monólogo final. La genial música de Vangelis acompañada de la lluvia, subraya y sublima el momento.



Vamos, una obra maestra en cuanto a guión, música, realización, fotografía (esos maravillosos filtros azules que contribuyen a esa tristeza, a ese fatalismo que impregna la película), interpretación e, incluso, anticipación, porque probablemente es el futuro más creíble de todos cuantos hemos podido ver en la pantalla. Un film que se convertirá en obra de referencia estética y en película de culto para varias generaciones y que hoy, más de 25 años después, sigue teniendo una fuerza impresionante.

"Es una pena que ella no pueda vivir... pero ¿quién vive?".

sábado, 12 de enero de 2008

Pepín Bello (1904 - 2008).

Bello, Lorca y Dalí.

Se ha ido a la respetable edad de 103 años y mucho, el último de la Generación del 27, el mánager del púgil Buñuel, el soñador del "Perro Andaluz". El último testigo de lo que llegó a ser una vez la Residencia de Estudiantes.

Seguro que ahora continuará haciendo fotos a los que fueron sus amigos

lunes, 7 de enero de 2008

La doble vida de Veronica - Krzysztof Kieslowski

Según nos indica la Wikipedia, la población mundial actual (a fecha de 5 de diciembre de 2007) asciende, redondeando para arriba, a unos 6.641.000.000 habitantes. Y según una teoría frecuentemente oída y repetida, todo el mundo tiene un doble en el planeta. Una persona físicamente pareja que lleva su vida adelante ignorando que tiene su propio doppelgänger. De hecho, hay casos famosos en la literatura y, aunque más dudosos, también en la realidad.

Pues bien, al igual que Maupassant nos contaba en Él su encuentro con su doble, Poe nos habló de William Wilson, Percy B. Shelley decía haber conocido al suyo o, por aludir a alguien más cercano, Petisme nos contaba como su clon de NYC le envía una foto desde el ferry a Staten Island, Kieslowski hizo lo propio con Verónica.

O, mejor dicho, con Weronika y Véronique, una chica polaca y una francesa. Coincidentes en su don para el canto y en ciertos problemas de salud, ambas huérfanas de madre y con un padre semejante en ciertos aspectos, que incluso comparten, sin saberlo, un pequeña bola de goma trasparente con unas estrellas dentro. Sin embargo, su diferente actitud hacia la vida hará que sus historias se desarrollen de manera bien diferente.

Aunque no quiero entrar a contar toda la película, hay que señalar algunos momentos especialmente intensos. El primero es la escena en la que Weronika observa a Véronique en un autobus turístico en Cracovia. La imagen envolvente, los gestos, las miradas, acaban reinventando la suspensión del tiempo, ya que todo acaba sucediendo en tiempo real. Otro bellísimo momento atañe a la metafórica representación de unas marionetas...




Pero no son los únicos: el juego de pistas e investigación que sigue Véronique, y que sería clarísimamente inspirador de la "sobrehinchada" Amélie; la consciencia inconsciente (luego comprobada) de la existencia del "otro"; el simbolismo de las dos Verónicas realizadas por el titiritero...; a lo que hay que sumar la elegancia y la belleza de la realización y fotografía y la soberbia banda sonora que acompaña a la gran actuación de Irène Jacob durante gran parte de film. Un Irène Jacob bellísima y con unos ojos que hacen que las frases resulten accesorias, inservibles y casi insultantes.

Todo ello acaba haciendo de la película una maravillosa reflexión sobre la existencia del doble que todos tenemos, con lecturas a diversos niveles, llena de simbolismos, matices, metáforas, maravillosamente interpretada y envuelta en una bella factura.

martes, 1 de enero de 2008

Bienvenidos al 2008...

Aún a riesgo de ser reiterativo, pesado, brasas, o lo que quiera que pueda ser, y antes de poner alguna nueva entrada sobre cine, que ya va siendo hora..., quiero compartir una maravillosa canción de ese genio del sombrero, el cigarrillo, el bourbon y el piano. Sí, estoy hablando una vez más de la voz aguardentosa de Tom Waits: se trata de una bella canción, en la que se lee la nostalgia por el tiempo pasado, el deseo de volver a otro momento. Una canción triste, melancólica. You Can Never Hold Back Spring del disco triple "Orphans". Ójala os guste. Que la disfrutéis. Y bienvenidos al nuevo año.






Nos leemos.