martes, 11 de noviembre de 2008

Niebla

Sé que hace tiempo que no escribo nada y que, de hecho, no debería estar escribiendo esto ahora, pero me apetece contar como en los días en que el valle del Ebro se sume en una niebla baja, cuando cae la boira, se transforma todo. En noches así, observas, mientras escuchas a Nina Simone, como el Ebro deja de ser el Ebro y se convierte en un Támesis empequeñecido y las bombillas pasan a ser luz de gas. En noches así, Jack el Destripador -"vayamos por partes, amigo"- se asoma al pretil del Puente de Piedra, junto a la que ahora hay una Torre que custodia las joyas de la Corona (aragonesa), y escucha como le torturan los viejos fantasmas de las putas que un día asesinó. En noches así, un hombre lobo recorre las calles del Casco Viejo y el caballero sin cabeza busca víctimas agazapado bajo el Arco del Deán. Las figuras de cera de Madame Tussaud han cobrado vida y recorren mecánicamente las riberas del Ebro. Pero Alicia ya no atraviesa el espejo. Alicia ahora atraviesa el Pabellón Puente de Zara Hadid mientras musita, como Jefferson Airplane, "Feed your head". Son cosas que sucende en noches así...



Imagen del Canal Imperial a su paso por Zgz procedente de dariotraveso.blogspot.com

lunes, 4 de agosto de 2008

Diana Krall

Anoche vi un ángel de voz sedosa y susurrante y de fugaces dedos que me susurraba al oído "I've got you under my skin..."



miércoles, 2 de julio de 2008

También los grandes se jubilan: Gene Hackman



No tenía pensado escribir otra entrada tan seguida de la anterior, pero las circunstancias son imprevisibles, por suerte y por desgracia. En este caso ha sido la noticia del retiro anunciado por Gene Hackman, que casi ha coincidido con la de Paul Newman, la que nos ha llevado a ello.

La verdad que el cine pierde a un gran actor. Versátil, físico, con carácter, inteligente y difícil de encasillar. Y es que si echamos un vistazo rápido a su filmografía podemos encontrar papeles como el duro policía Popeye de "French connection", el 'guía subacuático' del Poseidón, el ermitaño ciego de "El jovencito Frankestein". Lo encontramos como malo entrañable haciendo de un Lex Luthor casi paródico en Superman o mucho más cruel en "Sin Perdón". Pero no terminamos aquí, porque también protagonizó "La conversación" de Coppola, "Arde Mississippi", "Un puente lejano", "Bonnie and Clyde", la otoñal y crepuscular "Al caer el sol" (en la que comparte reparto con Newman, Sarandon, James Garner y Stockard Channing), película por la que siento una gran simpatía, "Testigo Accidental", la interesante "Bajo el fuego" o "Rojos".
Sin embargo, de toda su filmografía tengo especial debilidad por una película cuyo título ya resulta atractivo: "La noche se mueve". Un film con maneras de cine negro, con una jovencísima Melanie Griffith y personas que más que vivir, son arrastrados por la vida sin mucha capacidad de reacción. Seres heridos que ocultan cosas y se saben vulnerables, aunque intentan disimularlo con dosis de cinismo, dureza y escepticismo. Vamos a acabar por ello con un estupendo diálogo de esta gran película, que casualmente esta mañana reproducía en la bitácora de 39escalones:

Una habitación iluminada, apenas, por el resplandor de una televisión en la que Gene Hackman, un detective privado de la vieja escuela, observa con aburrimiento un partido de fútbol americano. Su mujer que pasa por delante. No hay química, la relación parece que sigue por inercia, por comodidad, probablemente le engaña y él es consciente de ello. Ella le hace una pregunta:
- ¿Quién gana?.
A lo que el responde: - Nadie. Unos pierden más rápido que otros.


Un saludo a todos. Este fin de semana, quizás nos tomemos una cerveza o un güisqui a la salud de uno de los mejores actores de su generación.

martes, 1 de julio de 2008

Antoine Doinel

Últimamente ando bastante ocupado con otras cosas, pero como me entristece ver a Cyd Charisse congelada en una seducción casi perpetua, me he decidido a hacer un pequeño homenaje a un personaje creado por Truffaut, pero que sin Jean-Pierre Léaud nunca hubiera sido lo mismo. Esta unión acabó dando lugar a 4 películas y un cortometraje, entre las que se encuentra alguna gran película y, sin coincidir, alguna de mis películas favoritas de uno de los creadores de esa nueva ola con proporciones de tsunami cinematográfico, aunque algunos en la actualidad suscribirían el verso de Sabina en el que éste apunta "no hagan olas" . De cualquier manera el ciclo Antoine Doinel tiene momentos memorables de puro cine. Por otra parte me resulta fascinante la posibilidad de ver la evolución real de un personaje a través del tiempo, recordándome en cierto modo al precioso díptico "Antes del Amanecer" / "Antes del Atardecer", aunque el final, "El amor en fuga", no terminara, quizás, de ser lo buena que hubiera deseado...

Para ello, vamos a parafrasear a Aute, quien dedicó un bonito homenaje no sólo a Doinel, sino a todo el cine:

"Recuerdo bien
aquellos «cuatrocientos golpes» de Truffaut
y el travelling con el pequeño desertor,
Antoine Doinel,
playa a través,
buscando un mar que parecía más un paredón.
Y el happy-end
que la censura travestida en voz en off
sobrepusiera al pesimismo del autor,
nos hizo ver
que un mundo cruel
se salva con una homilía fuera del guión.

Cine, cine, cine,
más cine por favor,
que todo en la vida es cine
y los sueños,
cine son.

Al fin llegó
el día tan temido más allá del mar,
previsto por los grises de Henri Decae;
cuánta razón
tuvo el censor,
Antoine Doinel murió en su «domicilio conyugal».
Pido perdón
por confundir el cine con la realidad,
no es fácil olvidar Cahiers du cinéma,
le Mac Mahon,
eso pasó,
son olas viejas con resacas de la nouvelle vague.

Cine, cine, cine,
más cine por favor,
que todo en la vida es cine
y los sueños,
cine son."


Para acabar disfrutad de un travelling mítico de libertad, sueños y cine y de esa elocuente guitarra final que lo puntúa...

miércoles, 18 de junio de 2008

Cyd Charisse (1921-2008).


Esta vez nos ha dejado esa belleza de gestos, mirada y porte gatuno que caminaba sobre esos dos altares (paganos) que eran sus piernas. De formación clásica en el Ballet Ruso de Diaghilev, ha pasado sin duda a la historia del cine por dos de las secuencias míticas del cine musical, una en "Cantando bajo la lluvia" y otra en "Melodías de Broadway". Yo me quedo, sin pensarlo, con su femme fatale de la primera...

Supongo que a partir de ahora tendrá sentido decir de una persona que baila como un ángel (aunque un tanto luciferino ;) ).

La Ruta Natural (Álex Pastor)

Gracias al blog 39escalones, hemos conocido un cortometraje precioso. Como señala el autor de esa bitácora (que aprovechamos para recomendar a aquéllos que no la conozcan aún) , esta pequeña película "fue premiada en el Festival de Cine de Jóvenes Realizadores de Zaragoza en 2004 (mejor cortometraje, mejor montaje) y en el festival de Sundance de 2006 como mejor cortometraje internacional, y es un particular ejercicio de enmascaramiento de una realidad a la que se ha dado la vuelta, que derrocha amargura, formula preguntas y representa en imágenes toda una serie de inquietudes humanas cuya angustia es imposible de apagar, con un gran talento narrativo y una poderosa fuerza visual".
Y es que no sólo es interesante visualmente, que lo es, ya que también, como apunta en 39escalones, el tema lo resulta. Porque esta historia, tan próxima en su idea básica al Benjamin Button de uno de los cuentos de Scott Fitgerald (de los que, por cierto, recomiendo su lectura), está llena de cine con momentos que le conectan, no sólo con el Top Secret de los ZAZ, tal como señala 39, sino que a veces recuerda al cine de Lynch. Por no hablar de la reflexión sobre la vida y sobre el recuerdo...



Un saludo.

lunes, 16 de junio de 2008

Buscando a Harry desesperadamente

Un tipo llega a una ciudad desconocida en busca de un amigo y un trabajo. Abrigo largo, sombrero y maleta. Sin embargo, los deseos de reorientar su vida se verán frustrados, al ser recibido, no por él, sino por su funeral. Pronto descubrirá que quizás su amigo cambiara con el paso del tiempo y que, además, su muerte encierra algo sospechoso.

Este punto de partida, válido para tantas películas de diferentes géneros, lo es también para el de uno de los grandes clásicos del cine. Y es que las peripecias que llevan a que el escritor de novelas del Oeste Holly Martins (Joseph Cotten) descubra en quién se había convertido quien fuera su amigo de infancia Harry Lime (Orson Welles, aunque igual sobraba hasta presentarlo, ¿no?) a lo largo y ancho (y hondo) de una Viena dividida en cuatro sectores y, todavía, destruida por la guerra, ha pasado a la Historia por muchos motivos.
Y es que si juntamos un reparto de lujo, sumando a Trevor Howard, a Alida Valli y a Bernard Lee ("Q" para Bond y los amigos) a los antes citados, una dirección (sin entrar en discursos de autorías) en la que destacan los picados y contrapicados, los primeros planos y algunos encuadres enrarecidos, junto a las sombras que se alargan y encogen mientras se desplazan por el suelo, por las paredes y, casi se diría, por el aire, el empleo de los escenarios, una historia enrarecida y en crescendo, con ciertas fugas para aliviar la tensión y un antagonista que "en off" se convierte en la parte central de un rompecabezas caleidoscópico y un empleo mágico de la cítara en manos de un Anton Karas en estado de gracia, agitamos bien estos ingredientes de calidad y los colamos, acabamos por encontrar un precioso noir con un bello final.

En definitiva, una gran película en la que encontrar fatalidad, sordidez, cinismo, amor, intriga, (in)fidelidades e, incluso, pequeños toques de humor.




Un saludo. Nos leemos.

lunes, 9 de junio de 2008

Why Don't You Do Right?

Eso me pregunto yo, ¿por qué no hago lo correcto...?. Y eso mismo inquiría Lil Green con su desgarrada voz al cantar a principios de los 40 este espectacular blues de Kansas Joe McCoy. Tras esta intensa interpretación llegarían otras: el swing de la gran Peggy Lee y el no menos grande Benny Goodman, la de la siempre inmensa Ella Fitgerald, o la de la personal y única Sinead O'Connor (cómo me gusta su voz y ese espectacular dúo con Shane McGowan -The Pogues- en la canción Haunted). Y aunque mucha gente prefiere la sexualidad desbordante de Jessica Rabbit (en la voz de Amy Irving), yo personalmente me quedo con la tristeza y melancolía que desprende el triste blues (menuda redundancia) de Lil Green. De todas formas, aquí tenéis a la señora de Roger (Rabbit, por supuesto) en una versión más corta que la que luego incluimos y, por paradójico que resulte, al ser un dibujo animado, llena de carnalidad y de otros sentidos...




Why Don't You Do Right

You had plenty money, 1922
You let other women make a fool of you
Why don't you do right, like some other men do?
Get out of here and get me some money too

You're sittin' there and wonderin' what it's all about
You ain't got no money, they will put you out
Why don't you do right, like some other men do?
Get out of here and get me some money too

If you had prepared twenty years ago
You wouldn't be a-wanderin' from door to door
Why don't you do right, like some other men do?
Get out of here and get me some money too

I fell for your jivin' and I took you in
Now all you got to offer me's a drink of gin
Why don't you do right, like some other men do?
Get out of here and get me some money too
Why don't you do right, like some other men do?
Like some other men do

(Tenías mucho dinero, allá en 1922 / y dejaste que las mujeres te trataran como a un tonto / Por qué no haces las cosas bien, como hacen otros hombres? / Lárgate de aquí y consigue algo de dinero para mi. // Estás ahí sentado, preguntándote como va todo / No tienes dinero y ellos te echarán / Por qué no haces lo correcto, como hacen otros hombres? / Lárgate de aquí y consigue algo de dinero para mi. // Si te hubieras preparado hace 20 años / no irías ahora errando de una puerta a otra / Por qué no haces las cosas bien, como hacen otros hombres? / Lárgate de aquí y consigue algo de dinero para mi. // Caí por tu palabrería y te arrastre a ella / Y ahora todo lo que me ofreces es un trago de ginebra / Por qué no haces lo correcto, como hacen otros hombres? / Lárgate de aquí y consigue algo de dinero para mi. / Por qué no haces las cosas bien, como hacen otros hombres? / Como hacen otros hombres...)

Un saludo y hasta la próxima (sea cuando sea).

miércoles, 14 de mayo de 2008

Frank Sinatra: 10 años afónicos.


Puede que no fuera especialmente guapo. Puede que no fuera especialmente alto (1,70 m.). Puede que en su círculo de amistades hubiera personajes poco recomendables o hasta siniestros. Puede también que algunas de sus películas fueran malas. Incluso puede que no tratase a un ser mitológico como Ava Gardner de la manera que hubiera debido, incluso se fueron bebiendo la vida a medias, pero siempre a grandes tragos.
Pero ahí está su maravilloso y entrañable personaje en "De aquí a la eternidad" o la interpretación esforzada e intensa de "El hombre del brazo de oro" o el optimismo contagioso e irrefrenable de "Un día en Nueva York" (con el gran Gene Kelly). Ahí está su encanto, su clase, su elegancia. Ahí está su personalidad, que le permitió seguir Su Camino como él quiso, al dictado de sus emociones más que de su cerebro (nunca una canción sin ser propia reflejó tan bien la vida de una persona). Y ahí nos quedan My way, Strangers in the Night, Something Stupid (con su hija Nancy), I´ve got you under my skin o Mack the Knife.

Y su voz, la voz del Ol' Blue Eyes...




Nos vemos en el infierno, Frankie. Ve preparando un par de copas más, porque me tienes que contar muchas cosas...

lunes, 12 de mayo de 2008

Meridiano de Sangre - Cormac McCarthy

Grupo (muy) Salvaje.

"Meridiano de Sangre" narra la historia, basada en hechos reales, de un grupo de mercenarios, una expedición paramilitar, que son contratados por diferentes ciudades para acabar con el mayor número posible de indios. Pero bajo esta excusa argumental, lo que vamos a presenciar es una orgía de sangre, un taurobolio en el que el toro va a ser sustituido por el ser humano en general como víctima del sacrificio. Una visión totalmente oscura sobre el hombre, sus escrúpulos y su violencia. Homo, homini lupus... Basado, según parece, en hechos reales, si algo define a este western crepuscular y literario es la desmesura. Y es que la novela supura sangre por sus lomos aunque no está exenta de belleza y cierta poesía

Narrada con un estilo seco y directo, en la que sorprende los cambios de ritmos que aparecen a lo largo de toda la historia. Pero destaca, sobre todo, lo descriptivo que resulta, llenando de matices y detalles cada una de sus minuciosas enumeraciones y paisajes. Este ejemplo quizás permita hacerse una idea de ese estilo tan directo y, a la vez, tan cargado de metáforas.:

"Vio hombres asesinados con armas de fuego y con cuchillos y con sogas y vio batirse a muerte por mujeres cuya tarifa ellas mismas fijaban a dos dolares. Vio buques procedentes de la China amarrados con cadenas en los pequeños puertos y balas de té y de esencias y de especias abiertas a espada por menudos hombres amarillos que hablaban como los gatos. En aquella costa solitaria donde las empinadas rocas acunaban un mar oscuro y murmullante vio planear buitres..."


En cuanto a la historia en sí, atrapa y engancha. Y es que las peripecias (rojas) de este grupo capitaneado por Glanton, una especie de dandi trágico y, sobre todo, desmesurado, y el juez Holden, al que luego nos referiremos, viven en un mundo de frontera. De frontera entre estados, pero sobre todo de Frontera entre lo salvaje y lo civilizado, tendiendo siempre a evidenciar lo primero en contextos urbanos, protagonizando orgías, borracheras y, principalmente, estallidos de una violencia brutal. Sin embargo, en el fondo es también, como Glanton intuye en algún momento, una tragedia en la desmesura, la hybris de la que hablaban los griegos, hará que los dioses impongan un castigo al hombre por ese orgullo.

De todos los personajes que cruzan las páginas, entre los que se incluye el "chaval" o "muchacho" que sirve de personaje conductor de la historia, una especie de protagonista en off, casi siempre aparentemente fuera de campo y de la acción, o el resto de componentes del denominado "Grupo Glanton", destaca por su fuerza el juez Holden, al que aludíamos antes.
El juez es una figura casi mitológica y divina que es vista por algunos críticos como un trasunto de Moby Dick (al igual que toda la novela es emparentada con la obra de Melville, la favorita del autor). Albino, enorme, recopilando constantemente información sobre todos los elementos del mundo que van recorriendo y dueño de una particular concepción del mundo, resulta sin duda el personaje más interesante, desarrollado y complejo de la novela, aunque también tenga mucho de icónico y resulte, en ocasiones, incluso demasiado irreal (dentro de la propia irrealidad del personaje en la novela). Es una presencia, un fantasma que se aparece en cualquier lugar y de la manera más insospechada. Un monstruo de cuento infantil o de película de terror, que acaba condenando a quien acompaña como un Midas crepuscular y mítico o un trasunto de la muerte del "Séptimo Sello".

De cualquier manera, lectura recomendable, a pesar de que a veces puede llegar a agotar la minuciosidad de las descripciones y las enumeraciones.

viernes, 9 de mayo de 2008

Conspiración de Silencio - John Sturges

Aunque tal y como estoy ahora (circunstancias de la vida) me siento más cercano al James Stewart de "La Ventana Indiscreta", aunque por desgracia sin una émula de Grace Kelly a mi lado y por suerte sin vecinos poco "sutiles", he aprovechado este reposo obligado para ver cosillas pendientes. Es por ello, también, que no he visto hasta hoy la distinción que me ha concedido Manuel (al que se lo agradezco y, de paso, recomiendo visitar), ni he podido actualizar y ni siquiera echar un ojo, a veces incluso los dos, a los sitios que suelo visitar. Y junto a un menage-a-tròis forzado, sincopado y afuncional en la Hungría soviética, que es "Rojo Atardecer" de Litvak, con una aristocrática Kerr (qué si no), un herido Jason Robards y un Brynner falto de cariño y compañía (mención especial para la bella Anouk Aimée que pasaba por ahí...) y un bello e inevitable final, otra de las películas que he tenido oportunidad de ver ha sido esta "Conspiración de Silencio" (por cierto, precioso título):

Un tipo manco que parece llegado de un relato de Chandler, Hammett o Ellroy, baja del tren en una pequeña aglomeración de casas que algunos de sus habitantes llaman pueblo... Se trata de un hombre que viste un traje oscuro, con sombrero a juego y pelo canoso. Su llegada no será, sin embargo, del agrado de la gente del pueblo. Especialmente cuando suponga remover un pasado que todo el mundo creía superado...

El film pronto se convierte en un western-noir y (casi) todo el pueblo, capitaneado por un potentado local hará lo posible para que su estancia resulte lo más "agradable y acogedora" posible. Se trata de una película totalmente recomendable con un Spencer Tracy aparentemente a la defensiva y cohibido, en un medio en el que parece ajeno, impostado, que se enfrenta frontalmente a Robert Ryan. Diálogos que dicen más por lo que callan, fisicidad, peligro, agresiones, peleas... en un escenario dominado por un sol y unos paisajes agrestes, difíciles, metáforas de la realidad interna de ese pueblo.



Si a todo ello le sumamos unos secundarios de lujo, además de los protagonistas antes mencionados y su director, John Sturges (Fort Bravo, Duelo de titanes, Los siete magníficos, La gran evasión,...), encontramos a Anne Francis ("Planeta Prohibido"), Lee Marvin, el siempre inmenso Ernest Bornigne y el genial Walter Brennan...

Pinceladas de cine negro (ese hombre de ciudad que aparece buscando a otro y, de paso, removiendo el pasado), western, racismo, violencia, caciquismo. En definitiva, como apunta su título original, un mal día en Black Rock...

Edito para agradecer también a Josep la concesión de ese mismo premio. ¡Qué emoción!, snifff. Gracias... (y totalmente de acuerdo con el título de la entrada de Josep).

domingo, 27 de abril de 2008

Inland Empire - David Lynch

Tras una semanica ausente por motivos labores, y totalmente asilvestrado por el entorno natural en el que me he visto situado, he decidido aplicarme un tratamiento de choque extremo. Es por ello que haya acabado por ver una película que tenía pendiente desde hace tiempo y a la que le tenía muchas ganas (y que además me resulto imposible verla en el cine porque en una ciudad como Zgz, o Zeta que diría Manuel Vilas, únicamente la estrenaron en la Filmoteca, por lo que estuvo un par de días en "cartel").


Como comentamos en alguna ocasión, para ver una película de Lynch, salvo excepciones, hay que tener el momento adecuado. Esta circunstancia, que se aplica a otros películas o, incluso, a géneros (ver una de terror a las 12:00 a.m. con el sol entrando por la ventana suele hacer que se pierdan puntos), es otra de las causantes de que haya tardado un cierto tiempo en verla. Pero como decía hay que elegir el momento, especialmente en este caso porque son 3 horas de película y porque no se caracteriza, precisamente, por su ligereza.

Nada más empezar queda patente que no va a ser una camino sencillo. Lynch lanza un órdago, pone cara de póker y canta las 40. Y ahí el espectador tiene que elegir entre dejarse llevar por las imágenes, los sonidos, las luces y las sensaciones o, por el contrario, se trata de aferrar desesperadamente a la línea argumental. Es una apuesta radical de Lynch, un doble o nada en la que retoma elementos apuntados en Carretera Perdida y en Mulholland Drive y los extrema. Es por ello que la segunda opción resulta un suicidio. Para apreciar esta película tienes que deshacerte de los prejuicios, de los atavismos, y dejarte llevar por la marea visual y sonora que plantea Lynch.
Entrar a analizar o comentar el argumento resta puntos al carné de cordura que cada cual tenemos, nos desliza hacia el filo de nuestra navaja de afeitar (como el caracol de Kurtz), hace que nos asomemos a profundidades que, quizás sería mejor no contemplar. Yo al menos no me atrevo, mi osadía no es tal, pero para aquel que tenga una mente poderosa y sana puede en la propia página de Lynch, dentro de la sección Inland Empire, revisar el foro en el que se discute sobre sus posibles significados.

¿Y qué tal está la película?. Pues personalmente, y teniendo en cuenta que Lynch me "pone" bastante, me ha gustado, aunque quizás sin llegar al nivel de Carretera Perdida. De cualquier manera quien se atreva o quiera enfrentarse a ella, no se encontrará una película fácil. Lo que sí encontrará será una magnífica actuación de Laura Dern (aunque a mi nunca me ha convencido como actriz) y de un buen reparto (Jeremy Irons, Justin Theroux, Julia Ormond, Harry Dean Stanton, además de varios actores polacos). Encontrará una realización peculiar, asfixiante, con unos primeros planos que llenan la pantalla de una forma obsesiva, imágenes recargadas, picados, contrapicados y pequeños reencuadres de efecto perturbador. Encontrará obsesiones, proyecciones, flash-backs y flash-forwards, contemplados desde fuera por algún integrante de la acción. Putas, muertes (reales o simbólicas y, probablemente, freudianas), fragmentos y escenarios de una pseudo sit-com con extraños conejos antropomorfos (procedentes de una serie que hizo anteriormente), números musicales, un montaje a veces sincopado, situaciones surrealistas, tensión, sensaciones. David Lynch bucea en los sueños y en el subconsciente y nos lleva a mundos oníricos, que se tiñen progresivamente con la oscuridad de las pesadillas. También una bella banda sonora con una canción de la gran Nina Simone en unos extraños y peculiares créditos finales o con una bella melodía de Crysta Bell y el propio Lynch que me recuerda tanto a la mítica "Song to the Siren" de Tim Buckley como a alguna de las canciones de Badalamenti para "Twin Peaks".
Y, casi como si de un monográfico involuntario se tratase, encontrará igualmente la memoria y los recuerdos, verdaderos o falsos. La mezcla entre ficción y realidad, confundiendo la sucesión de los acontecimientos. A la vez que nosotros intentamos jugar con ese rompecabezas cuyas piezas nos va dosificando o, en ocasiones, descolocando, Lynch, el propio personaje de Laura Dern no recuerda el verdadero orden de su pasado. De repente es el futuro, pero en ese futuro acaba contemplando el pasado...


En definitiva, onírica, mágica, inquietante y surrealista, en la que no queda claro del todo que es lo real y que no lo es. Con detalles que recuerdan tanto a las películas mencionadas antes, como incluso a Twin Peaks, con personajes extraños y cortinas de terciopelo rojo... Aunque eso sí, hay que estar preparado para participar en la experiencia.

Nos leemos.

domingo, 20 de abril de 2008

8 1/2

Silencio. Un coche parado en mitad del atasco. Más coches alrededor. Autobuses. Gente en sus vehículos parados que miran hacia el primer coche. Miradas vacías, rictus insensibles. Se mantiene el silencio. Un gas en el primer coche. Un hombre que intenta salir y no puede. Una "Cabina" con cuatro ruedas. Por fin consigue salir. Echa a volar. Pero está atado del pie. Es un hombre cometa que acaba por ser arrastrado y lanzado al mar...

Este impactante inicio, esta pesadilla emparentada con la de Fresas Salvajes, abre una historia sobre la creación y la imposibilidad de crear. Sobre el bloqueo ante el "folio en blanco". Sobre un hombre que, más que vivir, huye hacia adelante. Y es que Marcello Mastroianni es un director de cine en crisis. Una crisis, que por momentos parece la de los 40, y que hace que no sea capaz de aclararse en la preparación y realización de su nueva película y que puede tener que ver con esa sensación de no saber que quiere realmente y que se aplica a todas sus experiencias vitales. Pero claro, supongo que tampoco ayuda la presencia de un teórico, de un filósofo, que lo martillea constantemente durante toda la película. O su amante, o su mujer, o su productor, o una actriz consagrada, o tanta gente que lo presiona de una manera u otra durante todo el film...
Bueno, casi todo, porque tiene una iluminación, una visión, casi un fantasma, de voz levemente rota y bella presencia encarnada (o ensoñada) por Claudia Cardinale.

Y junto a ello, digresiones, flash-backs, sueños. Escenas como el encuentro con el alucinado cardenal en unas no menos alucinatorias saunas, como las apariciones del extraño mago (que posteriormente se convertirá en un teórico y maestro del Islam en la vida real), el baile que posiblemente inspiró el que rodó Tarantino en Pulp Fiction, las extrañas escenas nocturnas en la recepción del hotel, la visita al departamento de maquillaje y vestuario, los recuerdos de la infancia...

Todo hace de 8 1/2 una obra poliédrica y onírica. Repleta de sensaciones contradictorias y gran poder de sugerencia y también de espectaculares mujeres. Amor, humor, incomprensión, sueño, realidad, alucinación. Puede que sea excesiva, que esté, en ese sentido descompensada, pero, para mi, es genial. Es, además, lo que se ve, pero también lo que deja intuir con esas espectacularmente bellas melodías de Nino Rota que acaban recopilados en un final que ha sido comparado, no por casualidad, con las fresas salvajes bergmanianas.

Creación, sugerencia, rememoración (el mundo del recuerdo de nuevo), onirismo, nostalgia, irrealidad. Una declaración de principios, que es también una exhibición del alma. Como he comentado, quizás hasta excesiva. Pero claro, Fellini no ha pasado a la historia por su contención...


viernes, 18 de abril de 2008

La Jetèe y la memoria.

Acabo, por no ser pesado, de hablar de La Jetèe con la recomendación de que uséis 30 minutos (ni eso) de vuestras vidas viendo esta historia sobre el recuerdo, el pasado, el amor, el futuro y, en el fondo y como si de una tragedia griega se tratase, del fatum romano, del destino. Y terminamos con una bella cita de este bello mediometraje. Al menos de momento...

"Nada diferencia los recuerdos de los momentos habituales.
Sólo más tarde se dan a conocer
cuando se muestran sus cicatrices.
Esa cara que había visto fue la única imagen
en tiempo de paz que sobrevivió a la guerra.
Se preguntaba si la había visto realmente...
o se había inventado ese tierno momento
para protegerse de la locura que se avecinaba"

Cuidénse y coméntenme. Un saludo.


Imagen obtenida de dvdbeaver. Texto traducido por Cirlot.

domingo, 13 de abril de 2008

La Jetée, revisitada.

Resulta curioso y casi paradójico, que una y otra vez vuelva a pensar sobre esta película. Obviamente, lo paradójico no es el hecho de reflexionar sobre una buena película, de hecho, sería lo deseable. Y sería necesario pensar, también, sobre el arte, sobre la imágen, sobre la música, sobre los sabores, sobre los sentimientos, sobre la vida. Paro porque me estoy yendo del tema. A lo que me refiero es que elementos como los buenos films deberían incitarnos a pensar y nosotros, el espectador, el receptor, deberíamos dejar de lado nuestro lado voyeur de la vida (the voyeur side of the life ;P) y aceptar ese guantazo que recibimos en la cara...
Decía que era paradójico porque se da la circunstancia de que una película que gira constantemente en torno a un recuerdo y a la búsqueda de ese recuerdo, acabe por ser un recuerdo en sí mismo y se repita cada cierto tiempo como en ese bucle infinito que era la propia "fotonovela". Es decir, la reflexión sobre un recuerdo y el poder de la mirada, acaba convirtiéndose en un recuerdo sobre el que reflexionar.

Y cada vez me interesa más. Y me sugiere más. Las ramificaciones van más allá del Terminator que mencionábamos o del remake 12 monos. Las veo también, o las quiero ver, en Wong Kar Wai, con la vuelta a personajes, a actores, a nombres, a lugares... Las veo en las nuevas versiones de películas antiguas. También en esas recreaciones casi enfermizas de películas ya rodadas: en el Gus Van Sant de Psicosis, en la revisualización íntima de Haneke y sus Funny Games.

Pero es que, al fin y al cabo, en la vida la imagen y el recuerdo van unidos a la mayoría de nosotros. Esa imagen que se te repite cada vez que cierras los ojos, que a veces incluso has descontextualizado, que ya ni sabes que significa. Porque todos tenemos imágenes en las que indagar. Y siempre hay un parpadeo mágico, que como una fotografía, la fija en nuestra memoria...

Un saludo.

domingo, 6 de abril de 2008

Chartlon Heston (1924 - 2008)


Puede que para mucha gente este actor de registro limitado, pero de poderosas facciones y presencia importante, muriera para el cine y para la vida en los años 70, cuando realizó sus últimas apariciones en un cine cambiante y, sobre todo, catastrófico. De hecho muchos prefieren ignorar su trayectoria profesional y, especialmente, vital.

Con todo, y a pesar de la ultraconservadora ideología que probablemente poseyera, no se puede ignorar que ha aparecido en grandes hitos del cine hollywoodiense. Y es que lo vimos en "55 días en Pekín", fue Judá Ben-Hur (en el remake en Technicolor), Moisés, el Major Dundee, un Señor de la Guerra, practicó la zoofilia (¿?) con simios y, también, ejerció de El Cid (y si no que se lo pregunten a Carmen Sevilla o a los de El Informal...) y combatió en Khartoum. Aunque yo me quedaré, sin duda, con ese agente Vargas que se encuentra desubicado en un turbio México que no llegó a comprender, junto a unos soberbios Welles y Dietrich.

* Imágen de Charlton Heston y Lizabeth Scott en Dark City (Ciudad en Sombras) de W. Dieterle.

sábado, 5 de abril de 2008

Yo también soy pastafari...

Recientemente han sido publicados los resultados de unas encuestas realizadas en los EEUU. Los datos, obtenidos y analizados por el Pew Research Center, han sido bastante claros. Y es que entre un 40 y un 50 % de la población estadounidense rechaza el evolucionismo. De hecho, no hay más que consultar el documento que han publicado recientemente para observar, por ejemplo, que del total de la población encuestada, sólo un 46 % tiene las cosas claras. Y de ese porcentaje, un 63 % tiene claro que fuimos creados (aunque no se comenta nada si fue a partir del barro, si fue de la nada o si también existió Lilith, además de Adán y Eva...).

Realmente, no sé como resultaría actualmente una encuesta así en España, aunque me temo que entre las chonis y sus "maromos" o esa variedad local zaragozana que son los cos y las cas, los resultados no resultaran tampoco excesivamente halagüeños.

Lo bueno de todo esto es que como yo también soy partidario de un creacionismo desaforado, supongo que tengo que estar contento. Aunque no soy ni politeísta, ni panteísta (aunque he estado cerca de serlo por interés, porque cuantos más dioses, supongo que mejor), y eso que Marduk, Ishtar, Minerva, Tanit, Afrodita, Juno Bifronte, Hades, Júpiter Óptimo Máximo, Shiva o Ganesha, por citar algunos de un palo, o el gran Cthulhu, R'Lyeh y los Primordiarles & Cia , por tirar por otro lado, siempre me han parecido interesantes y atractivos.

Y es que yo creo que fuimos tocados por Su Apéndice Tallaniresco. Porque sí, yo soy Pastafari. Y es que, como todos sabemos, la humanidad fue creada por el Flying Spaghetti Monster (el Monstruo Volador de Espagueti), nuestra deidad, a quien adoramos y veneramos y para ello hemos creado una Iglesia. Y es que Él continúa guiando la conducta de todo ser humano, lo quiera o no, crea en otra cosa o sea espagnóstico o espateo.


Convertíos, aún estáis a tiempo.

domingo, 30 de marzo de 2008

Un añito.

Ésta es una entrada levemente onanista, algo autocomplaciente y, como no, con un punto de ombliguismo. Y es que a lo tonto, hemos cumplido un añico compartiendo películas, músicas, libros y pensamientos. Llevamos, ya, un año en este diván virtual sin psicólogos argentinos, sin psicoanálisis baratos y sin terapias de choque. Sin embargo, en el fondo sí que es una terapia. Una forma de decir lo que pienso, siento y vivo a través de lo que me gusta (o no). Y una manera, también, de no torturar a la gente que tengo cerca (la quiera o no) con mis filias, fobias e indiferencias. Aunque ellos bien saben que no siempre cumplo con estos propósitos y, finalmente, terminan por caer en mis redes (quieran o no).

Así que simplemente eso. Una autofelicitación virtual, que quiero que sea también un agradecimiento a toda la gente que se asoma y gasta unos minutos de su tiempo (según muchos una de las cosas más valiosas que tiene una persona) en echar un vistazo a lo último que ha dictado mi cerebro (suponiendo que uno tenga una de esas cosas dentro de su cabezón). Y gracias, por supuesto, a toda la gente que lo enlaza en sus espacios, más o menos actualizados (nadie es perfecto ;D ), y, por supuesto, a los que encima comentan algo.




Un saludo. Nos leemos.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Richard Widmark (1914 - 2008)

Pocas veces se puede olvidar una risa como la suya.


Pero "El beso de la muerte" no es su único gran film. Y es que este tipo no muy alto para los cánones de la época (aunque más que Ladd: 1,78), con sonrisa ambigua y una risa que podía resulta heladora, tuvo, con Fuller, "Manos peligrosas", vio "Un rayo de luz" con Mankiewicz, anduvo por "La calle sin nombre", cabalgó junto a Stewart y "conquistó el oeste" a las órdenes de Ford, trabajó con Dmytryk, con Minelli, con Daves, con Siegel... Fue uno de los "Vencedores o vencidos" (Kramer) y vivió el "Pánico en las calles" (Kazan). Y por si no fuera suficiente protagonizó junto a Gene Tierney la maravillosa "La noche y la ciudad" de Dassin. Cine negro, bélico, western,...

Trabajó con los grandes y fue un grande. Esta noche como homenaje, cenaremos con Tommy Udo.



martes, 25 de marzo de 2008

Rafael Azcona (1925 - 2008)

Y hoy uno de los mejores escritores de guiones que ha dado el cine español...
¡Suerte que tendrán allá arriba (si existe algo), porque seguro que se lo van a pasar en grande!

Azcona tuvo humor, ironía y sarcasmo en un tiempo en el que casi estaba prohibido reírse. Este prolífico guionista empezó fuerte. Enlazó de manera casi consecutiva algunas de las mayores joyas del cine de la segunda mitad del siglo XX: "El Pisito" (su segundo guión), "El Cochecito y "Plácido". De hecho, aunque no hubiera hecho más, ya hubiera alcanzado unas cotas difíciles de igualar. Pero es que este genio no se conformó y nos regaló posteriormente, por suerte para la humanidad, "El Verdugo", "Ana y los lobos", "La prima Angélica", la trilogía "Nacional" de Berlanga o "El bosque animado"...

Un saludo y gracias por tus guiones, estés donde estés.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Anthony Minghella (1954 - 2008).

Puede que su carrera no haya sido muy larga, sino que fuera bastante televisiva e, incluso, un poco irregular. Incluso puede que una película como "El Paciente Inglés" fuera un tanto lenta, que mi adorada Juliette Binoche flojeara algo e incluso me chirriara su relación con el sij... Pero, me enamoré del desierto, aparecen unas bellas pinturas rupestres africanas, Kristin Scott Thomas nunca ha estado tan guapa, tiene una buena banda sonora e, incluso, salen otros buenos actores como Ralph Fiennes o (¿el hoy desubicado?) William Dafoe. Y me gustó mucho. Y es que uno, como ha dicho ya por ahí, en el fondo, a pesar de parecer un tipo duro, tiene un corazoncito dentro... Y además, por si fuera poco, hizo una interesante adaptación de "A pleno sol", incluyendo al grandísimo Renato Carosone.

Pero ya no más, porque ha muerto con 54 años Anthony Minghella.

sábado, 15 de marzo de 2008

Henry Lee - Nick Cave and the Bad Seeds

Hace más bien poco apareció el nuevo trabajo, tras el sucio experimento de Grinderman, de Nick Cave y sus malas semillas, "Dig, Lazarus, Dig!!!". Un disco que, a pesar de seguir incluyendo ese tono oscuro y sombrío, esa lírica apocalíptica tan característica, supone una vuelta hacia el Rock&Roll, con riffs que, en palabras del crítico musical Matías Uribe, en ocasiones se acercan a los Rolling. A pesar de estos tonos más rockeros, permanecen las bases musicales y temáticas habituales, aunque con ese punto extra y guitarras más afiladas, y mostrando músicas oníricas para textos alucinados. Me refiero, por ejemplo, a la noche de los comedores de loto ("Night of the Lotus Eaters"), más cercano a discos anteriores. Incluso, como anécdota, incluye alguna referencia a Bukowski en "We call upon the author" (aunque siempre he visto a Bukowski más cercano a Tom Waits...). Además, la presentación es destacable, con un pequeño libreto para presentar las letras, en las que éstas se agolpan, se espacian, algunos caracteres se arrastran, cambian de mayúsculas a minúsculas y se disponen sobre el fondo blanco casi en un ejercicio de vanguardia literaria (de los años 20).

Sin embargo, este disco, afilado, interesante y lleno de recovecos, es una mera excusa para entrar en otro, repleto de ritmos, en general, más pausados, cadencias menos aceleradas y voces aterciopeladas. "Murder Ballads". Y es que las baladas asesinas de Nick Cave es probablemente el disco de estos maestros de la oscuridad que más me gusta. Supongo que en ello influiría tanto el momento en el que lo escuché, como el que fuera el primer disco que conseguí de ellos, sin descartar que, quizás, se trate del más accesible de todos ellos. Estas baladas hirientes, de doble filo, que escondían bajo su, en ocasiones, sedosa textura, estallidos de violencia, incluían entre sus letras canciones como "Death is not the end" (en la que cantaban PJ Harvey, Shane MacGowan, Kylie Minogue o Anita Lane, entre otros) o como el bellísimo e inquitetante dueto con Kylie Minogue "Where the wild roses grow".

Entre ellas, también aparecía otra bella perla, una auténtica maravilla cantada a medias con la inconfundible Polly Jean Harvey: Henry Lee.



Get down, get down, little Henry Lee
And stay all night with me
You won't find a girl in this damn world
That will compare with me
And the wind did howl and the wind did blow
La la la la la
La la la la lee
A little bird lit down on Henry Lee
I can't get down and I won't get down
And stay all night with thee
For the girl I have in that merry green land
I love far better than thee
And the wind did howl and the wind did blow
La la la la la
La la la la lee
A little bird lit down on Henry Lee
She leaned herself against a fence
Just for a kiss or two
And with a little pen-knife held in her hand
She plugged him through and through
And the wind did roar and the wind did moan
La la la la la
La la la la lee
A little bird lit down on Henry Lee
Come take him by his lilly-white hands
Come take him by his feet
And throw him in this deep deep well
Which is more than one hundred feet
And the wind did howl and the wind did blow
La la la la la
La la la la lee
A little bird lit down on Henry Lee
Lie there, lie there, little Henry Lee
Till the flesh drops from your bones
For the girl you have in that merry green land
Can wait forever for you to come home
And the wind did howl and the wind did moan
La la la la la
La la la la lee
A little bird lit down on Henry Lee

(Túmbate, túmbate, pequeño Henry Lee / y pasa la noche conmigo / No encontrarás una chica en este maldito mundo / que se compare a mi / Y el viento aulló y el viento sopló / La la la la la / La la la la lee / Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee //
No puedo y no me tumbaré / ni pasaré la noche con usted / porque a la chica que tengo en esa feliz tierra verde / la amo mucho más que a usted / Y el viento aulló y el viento sopló / La la la la la / La la la la lee / Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee //
Ella se apoyó en una tapia / sólo para un beso o dos / y con una pequeña navaja sujeta en su mano / ella le atravesó una y otra vez / Y el viento aulló y el viento sopló / La la la la la / La la la la lee / Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee //
Vamos, cógelo de sus delicadas manos blancas / Vamos, cógelo de sus pies / y lánzalo al fondo de ese profundo pozo / de más de cien pies / Y el viento aulló y el viento sopló / La la la la la / La la la la lee / Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee //
Yace ahí, descansa ahí, pequeño Henry Lee / hasta que la carne se desprenda de tus huesos / Para que la chica que tienes en esa feliz tierra verde / pueda esperar por siempre a que vuelvas a casa / Y el viento aulló y el viento sopló / La la la la la / La la la la lee / Un pequeño pájaro se posó sobre Henry Lee //)


La violencia descansa, a veces, en la delicadeza, en la sutileza. Un saludo.

martes, 11 de marzo de 2008

Whisky Galore! - Alexander Mackendrick


Vaya, parece que seguimos en plan clásico. Si el otro día comentábamos un apreciable noir de los años 40, cargado de corrupción y tipos duros, hoy le toca el turno a una divertida película de finales de esa misma década (1949), pero que va a estar llena de efluvios etílicos y humor. Y es que, si algo va a caracterizar esta comedia de los estudios Ealing, que aquí se llamó "Whisky a go-go", va a ser la ironía, y con mucha mala leche diría yo, y un sentido del humor muy británico.

De todas formas, qué, sino algo interesante, se puede esperar de los estudios responsables de las maravillosas y recomendables (a diferentes niveles entre sí, claro) "Ocho sentencias de muerte", "El hombre vestido de blanco" del propio Mackendrick, "Oro en barras" o, quizás la más conocida de todas ellas y la que más fama ha dado a su director, "El quinteto de la muerte". Llenas de un humor flemático muy negro.

El planteamiento de este "Whisky Galore!" es sencillo. Todo funciona bien en una pequeña isla escocesa, casi aislada del mundo, durante la segunda guerra mundial. Es casi idílica: una anciana tejiendo, un señor mayor tallando madera, los niños corriendo (con un comentario no extento de ironía),... Sin embargo, algo interrumpe esta escena bucólica, un cataclismo, el apocalipsis. Y es que en esta pequeña tierra gaélica se quedan sin güisqui. Una tragedia, vamos. Una crisis de proporciones desmesuradas que va a causar un cambio total en ese mundo ideal que se apuntaba al principio. Todo el mundo está tristes, incluso los niños, como apunta a través de una redacción en su clase uno de los muchachos
Por suerte, un barco con un cargamento de 50000 cajas de lo que en gaélico se denomina, según explica la película, "agua de la vida", encallará cerca. Y aunque un capitán de la Guardia, encargado de proteger la isla en el caso de que los alemanes la invadan en un hipotético (muy hipotético, o más, incluso) caso, trata de evitarlo y perseguirlo, los pobres habitantes de la isla no podrán aguantar la tan irresistible tentación. Todo llevará a una serie de situaciones cómicas, persecuciones y algún malentendido. Además, para terminar de matizar, el capitán es inglés, a diferencia de los isleños... Y lo mejor de todo es que parece que, encima, está basada en hechos reales...

Y en la película, de la que no contaré más por no destriparla demasiado (es un comentario, no una autopsia), llama la atención su tono documental, sus apuntes casi etnológicos y costumbristas, acompañados de una música que subraya las situaciones y de algunos montajes paralelos y unos eficaces encadenados sólo comentados por la música.
Pero lo que destaca por encima de todo, es lo que señalábamos antes. Ese humor que lleva a que la voz del narrador -que subraya e ironiza sobre ese "documentalismo"- parezca estar bajo los efectos del alcohol en alguna ocasión, a la ridiculización del funcionamiento del mundo militar y de ciertos aspectos de la religión e, incluso, hacia una apología del güisqui, aunque y, no sin ironía, apunte al final el propio narrador que se trata de una historia moral (!!!). Supongo que estos escoceses estarían de acuerdo con aquello que decía Rick o Bogie (al fin y al cabo, parece que el tiempo y el recuerdo estén fusionado el hombre con el mito): "el mundo lleva un par de tragos de retraso"...

miércoles, 5 de marzo de 2008

The Glass Key - Stuart Heisler

The Glass Key, publicada en 1931, es una novela de Hammett que presenta, a pesar de que aparecen rasgos más o menos característicos, algunas peculiaridades respecto a sus trabajos más conocidos. El primero y fundamental es que el protagonista no es un detective, sino que es, más bien, el factótum de un mafioso metido en el mundo de la política. De hecho es en este ambiente y dentro del desarrollo de unas elecciones donde se enmarca la historia. A pesar de ello, no son pocos los contactos que encuentra con otras de sus novelas, como la famosa "Cosecha Roja".

Esta "Llave de Cristal" conocería una adaptación, que desconozco, dirigida por Frank Tuttle y con George Raft a la cabeza. En el caso que estamos comentado, sería llevada al cine de la mano de Stuart Heisler, director de recorrido especialmente televisivo, aunque para la pantalla grande rodaría con Bette Davis ("The Star"), Susan Hayward ("Tulsa") o Gary Cooper ("Dallas, ciudad fronteriza").


Sin embargo, esta película que traslada el argumento de la novela, en el que, básicamente, el mafioso que presta su apoyo a un candidato reformista, aparece como el principal sospechoso de la muerte del hijo de éste, destaca especialmente, más que por su realización, por su reparto.
Y es que para mostrar ese mundo de corrupción, nada sorprendente hablando de Hammett, que afecta a la política, a la justicia o a la prensa, Heisler va a contar con un reparto de lujo. Así junto a un buen Brian Donlevy, como el mafioso que apoya al político, aparecen la siempre perturbadora Veronica Lake y, haciendo de tipo duro y de mano izquierda de Donlevy, un estupendo Alan Ladd. De hecho su presentación es antológica: cuando unos matones se presentan para ver al personaje de Donlevy, al portero del "casino" donde tiene éste su despacho se acerca a la mesa donde está jugando Ladd a los dados. Lo vemos de espaldas. Tras escuchar al portero, terminará su tirada de dados antes de darse la vuelta y dirigirse hacia los matones. Ante todo calma y clase.
Por último, entre los actores, hay que destacar al genial, y entrañable a su manera, William Bendix, actor al que se le puede ver también en Macao, La Mujer del Año, Náufrafos o La Dalia Azul, que aquí ejerce de rudo, y un tanto ingenuo, matón que recuerda al Moose Malloy en busca de su "pequeña Velma" en la chandleriana "Adiós, muñeca".

Como buen film noir que se precie, encontramos turbiedad, asesinatos, chantajes, engaños, la corrupción a todos los niveles de la que hablábamos antes, tabaco y alcohol y, para el sufrido protagonista, palizas, dentro de esa tendencia a encontrar (anti)héroes que parece que flirteen con el masoquismo. Por supuesto, también aparecen mujeres que tienden a la fatalidad o, al menos, hacia una cierta turbiedad.

Todo ello redondeado con la preciosa banda sonora de un peso pesado del cine clásico: Victor Young. Para más señas: Sansón y Dalila, La Policía Montada del Canadá, Shane, Johnny Guitar, Río Grande, El Mayor Espectáculo del Mundo o, en el fin de su carrera y por la que recibiría un Oscar póstumo, La Vuelta al Mundo en Ochenta Días. Si aún no os hacéis una idea sobre este gran compositor os recomiendo que paséis por aquí.

En definitiva, puro cine negro, lleno de ese pesimismo que surge de la visión de una sociedad corrupta, con estupendo reparto y una buena banda sonora. Sin ser una de las grandes obras del género, no defrauda en la plasmación de esas novelas hard-boiled que han hecho de Hammett uno de los principales escritores de la novela policiaca, de la que fue, de alguna manera, un precursor. Además, para terminar de animaros, hay que señalar que tanto "Yojimbo" (en la que también influye "Cosecha Roja") como "Muerte entre las Flores" deben mucho a esta historia.

Un saludo.

P.D. Para acabar simplemente apuntar la anécdota del complejo de Ladd con su altura, que lo hermana con Bogart, por cierto, y que hacía que tuviera que llevar calzas, que los directores jugasen con la perspectiva o se eligiera un reparto a su altura (nunca mejor dicho). Y es que Alan Ladd medía 1 metro 65 centímetros aproximadamente. Esta altura es la que explica que los estudios muchas veces le emparejaran, como en este caso, con la bella y a veces peligrosa Veronica Lake (La Dalia Azul o El Cuervo).

lunes, 3 de marzo de 2008

Wong Kar Wai - My Blueberry Nights



Puede que hoy no sea yo muy original. Puede también que su recepción en Cannes no fuera la mejor (aunque tampoco la de 2046 lo fue, creo recordar). Puede que el pacharán se le haya subido a la cabeza. También puede que trasladar sus obsesiones al territorio del western y a la contemporaneidad no le siente bien. Incluso puede que los que vivimos en lo que en ocasiones parecen paramos culturales provincianos, no es que no la podamos ver en V.O., sino que ni siquiera sea posible hacerlo en pantalla grande (y después de Inland Empire, Apocalypse Now Redux -probablemente una de las mejores películas de mi vida- ya van muchas).

Pero resulta que me gusta, me apasiona su estilo. Recargado, sí, pausado, también. Incluso, a veces contemplativo. Y como las miradas, los gestos, lo que no se dice, la música, la cámara, hablan de los sentimientos. Quizás estas noches de arándanos no tengan la sensualidad (de los sentidos) de su díptico último (tríptico si incorporamos "Days of Being Wild"), ni las simetrías y circularidades de "Fallen Angel" y "Chungking Express". Pero para saberlo antes tengo que verla. Ver que es capaz de hacer con esa tríada capitolina (por Washington, claro) de bellezas, Norah Jones, Natalie Portman y Rachel Weisz (las chicas siempre tendréis a Jude Law). Ver y sentir. Escuchar esa preciosa y delicada banda sonora que junto a Otis Redding, Cassandra Wilson, Ry Cooder o la propia Norah Jones, incluye una preciosa versión del leitmotiv musical de "In the Mood for Love" ("Deseando Amar") reinterpretada en su nuevo espacio: con armónica y guitarra.

Veremos, pues, y juzgaremos, y si no siempre nos quedará la nueva versión de esa maravillosa "La Dama de Shangai" que hiciera Welles y que actualmente está en preproducción. El tiempo nos lo dirá...

Un saludo.

martes, 26 de febrero de 2008

El dolor es Amarillo


Amarillo es una epístola elegíaca, un panegírico contenido, una investigación documental, una conversación dirigida hacia alguien que ya no responderá y es, también el color de la tristeza. Es una obra que bucea en el pasado y busca a través de los textos, cuentos, críticas, cartas, entrevistas, que un día escribiera Chusé Izuel, llegar a él y a sus circunstancias, llegar a las causas que acabaron motivando que un día dijera basta. Y es que según señala en diferentes ocasiones Félix Romeo, cuando Chusé escribía estos textos, sin saberlo, estaba hablando de él mismo.

Con un estilo que no tiene nada que ver con los recuerdos de cierto tono naíf que nos llevaban a la infancia vivida en Torrero de Dibujos Animados (y que prolonga de alguna manera en algunos de sus artículos de prensa), ni con el caleidoscopio surrealista que es Discothèque, Félix Romeo emplea un estilo sencillo y espartano, para reconstruir el puzle de los recuerdos de Chusé Izuel. Por ello, recurre a planos cortos, a los matices, quizás pensando -como quien esto escribe- que son los pequeños detalles y los gestos cotidianos los que hacen que cada vida sea diferente al resto. Y a través de esta cierta minuciosidad parece que busca unir las piezas que un día se separaron. Aunque, como pasa con los puzles que guardamos desde hace un tiempo, hay piezas que perdimos irremisiblemente al guardarlos en lo alto del armario.

"Hizo mucho frío ese invierno en Barcelona. Llovió. Llovía constantemente. La humedad llenaba las paredes de moho y de moscas inmóviles de alas pardas. No entrábamos nunca en calor. Mi cama era un colchón sobre el suelo. Por el suelo entraba la humedad. El colchón lo habíamos recogido de la calle. Todos los muebles los recogíamos en las calles. Cristina se abrazaba a mí y yo me abrazaba a Cristina, pero el frío húmedo pasaba de mi cuerpo a su cuerpo y de su cuerpo a mi cuerpo. Colocábamos periódicos debajo del colchón, pero los periódicos no podían secar toda la humedad. Miraba las moscas y miraba el moho. Mi padre se ponía periódicos en el pecho cuando patrullaba con la moto, en el invierno de Zaragoza."

Y es este estilo sencillo, directo, lleno de frases cortas, el que puebla el libro. De comentarios que van y vuelven, de referencias que retoma posteriormente y, sobre todo, de búsquedas, de preguntas. Es a la vez un retorno al pasado, un viaje en el tiempo, una espiral de recuerdos, un exorcismo en el que finalmente, y casi paradójicamente nos damos cuenta de que Félix Romeo al hablar de Chusé Izuel, está hablando de sí mismo...

martes, 19 de febrero de 2008

Presidente Cthulhu

Terrores insospechados se ocultan en geometrías imposibles, ángulos convexos que convergen en puntos que no son sino puertas interdimensionales. Aquéllos Que No Deben Ser Nombrados, seres acechantes, extraños pináculos, muros de hielo inexplorados, profundidades insondables. Balaustradas anteriores a la presencia humana, seres preexistentes desde tiempos inmemoriales. Primordiales, Ancestrales, R'Lyeh. Arkham, Miskatonic. De Vermiis Mysteriis, Los Manuscritos Pnakóticos y, como no, el Necronomicón.

Tantas razones para que El Que Reposa en las Profundidades y no está muerto e incluso con los evos y demás vuelva. Y, ¿por qué no?, votarle. Al menos es lo que plantean aquí. Cthulhu for president. Aunque sólo sea para borrar de la faz de La Tierra a estas alimañas bípedas, esta marabunta de CO2 y efecto invernadero.


Por toda la literatura fantástica, gótica, pulp, victoriana; por Machen, M.R. James, A. Bierce, Stoker, Shelley, Stevenson, Le Fanu, Maupassant, Potocki, Lovecraft y "su círculo" y, por supuesto, Poe. Por todo lo que leímos en adolescencia y juventud. Por tantos descensos a criptas, por maldiciones, por esqueletos, por los revividos y los no-muertos, por los viajes más allá, por las fronteras del sueño y de la muerte, por los cuervos, las lechuzas y los buitres (y los quebrantahuesos), por nuestros "alter-egos", némesis y antagonistas - a veces nosotros mismos-, por los arqueólogos y antropólogos (aunque no sean inocentes), por los doctores y científicos con veleidades demiurgas, por Lucy, Carmilla y, especialmente, por Anabel Lee:
It was many and many a year ago / In a kingdom by the sea / That a maiden there lived whom you may know / By the name of Anabel Lee / And this maiden she lived with no other thought / Than to love and be loved by me...

lunes, 11 de febrero de 2008

El Crack - Alfredo Landa

Normalmente, cuando se piensa en tipos duros (hombres de verdad que diría una amiga mía, ¿eh, Ieva?) vienen a la mente actores como Bogart, Mitchum, Gable, Dana Andrews, Robert Ryan, Warren Oates, Kirk Douglas, Clint Eastwood, incluso gente como, Christopher Walken, Russel Crowe, Bruce Willis...; rostros a menudo sin afeitar, como esculpidos en piedra a veces. Facciones marcadas, gente capaz de encenderse una cerilla en el rostro o, como en alguna película que ahora no recuerdo, hasta en el antebrazo. Personajes escudados en la ironía o en el cinismo, conservados en alcohol y con un pasado casi tan turbio como su presente. L.A. Confidencial, Laura, La Jungla de Cristal, Retorno al Pasado, Quiero la Cabeza de Alfredo García o Al Borde del Peligro (Where the Sidewalk Ends), son ejemplos cercanos al arquetipo de estos seres aparentemente de una pieza que, sin embargo, suelen guardar dentro de sí un punto débil, un punto que les hace bajar la guardia y los humaniza. Y no pocas veces, como diría alguno de nuestros políticos, tiene forma de diabolo, y es que ya se sabe "The Devil is a Woman" (o el Diablo, que para el caso...).


Dentro de este grupo de prototipos varoniles, poca gente incluiría a Alfredo Landa, más relacionado con Vente a Alemania, Pepe. Sin embargo, y por paradójico que parezca, Es este actor, quien más se acerca a esta figura dentro del cine español. De acuerdo que este Marlowe castizo, Germán Areta, no tiene ni su planta ni su fisonomía, pero tampoco le hace falta, tal y como demuestra ese díptico del cine negro español que es El Crack y El Crack 2. De hecho, basta con ver las primeras escenas de ambas películas para ver el carácter y el tacto de los que hace gala este detective privado. En la primera de ellas, un atraco a un típico bar de carretera donde Landa está comiendo un plato combinado (probablemente con huevo frito incluído), rodeado de casettes, probablemente de Pimpinela, Julio Iglesias o Rocío Jurado, acaba con éste encañonando por debajo de la mesa al atracador mientras le dice "devuélveme el mechero o te quemo los huevos". Mientras en el segundo da una pequeña paliza a tres delincuentes que se habían apropiado de su coche. Toda una lección por parte de este Jarry, con J, el sucio.



Y es que ambas películas, filmadas por Garci dentro de esa cinefilia que a veces tanto le lastra, pero que en ocasiones como ésta le ayuda, demuestran que los detectives duros también son posibles en una Gran Vía madrileña atestada de Seiscientos. Aunque claro, aquí póker más bien poco, en estas películas se juega a mus, con unas partidas rodadas con un naturalismo subrayable. Además, en ocasiones, como sucede en la visita que le hace a Arturo Fernández en la segunda parte, el güisqui, con o sin hielo, se sustituye por brandy. Cosas de la España cañí...

Una película nostálgica, con buenos diálogos y guiños al cine clásico, con conversaciones sobre New York y el boxeo, con un barbero de los de toda la vida, con explosiones de acción, turbiedad, sabuesos siguiendo pistas que llevan a descubrir la podredumbre que nos rodea, intentos de asesinato y, sobre todo, con un Alfredo Landa demostrando lo gran actor que ha sido. Con una interpretación contenida, llena de matices, tristeza y melancolía en una mirada pensativa, reflexiva, diletante. Con una actitud desencantada y demasiada profesionalidad. Y también, si es necesario, expeditivo, como en algunos momentos puntuales, e incluso cínico. Una gran interpretación a pesar del lastre de las situaciones "familiares" de pareja, menos logradas. Junto a él un buen reparto, en el que sobresalen Miguel Rellán y José Bódalo, una buena dirección, muy clásica como no podía ser de otra manera, con guiños a los 40's, y buen montaje y una banda sonora con el tono adecuado, hacen más que recomendable esta visita al noir hispano.

Estas líneas, este comentario, son también una suerte de homenaje a una carrera en la que a pesar de haber sombras, brillan luces como éstas.

jueves, 7 de febrero de 2008

Lucio Apuleyo

Llegué a las fronteras de la muerte, pisé el umbral de Proserpina y a mi regreso crucé todos los elementos; en plena noche, vi el sol que brillaba en todo su esplendor; me acerqué a los dioses delinfierno y del cielo; los contemplé cara a cara y los adoré de cerca. Esas son mis noticias: aunque las has oído, estás condenado a no entenderlas*.


Los riesgos de ir más allá, porque cuando miras al infinito, corres el riesgo de que éste mire a tus ojos y todo el mundo paga algún tipo de peaje por ello. El horror, el horror, el horror...

* Lucio Apuleyo. La Metamorfosis o El Asno de Oro, XI, 23, 7 (traducción de L. Rubio Fernández, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1987).

lunes, 4 de febrero de 2008

Hasta siempre, Distritocatorce



Quizás nos volvamos a encontrar, pero por la calle (del sol o del lumpen) o en nuestras propias casas, porque Distritocatorce desaparecen, se retiran definitivamente tras más de 20 años de carrera. Y me da cierta pena. Porque la voz aguardentosa y con un cierto toque canalla de Mariano Chueca (ahora Mariano Casanova), que lideraba una banda de auténticos supervivientes del Rock y ha contribuido a crear parte de la banda sonora de mi vida, dice adiós. Han creado bellas canciones y buenos discos. Y es que "El cielo lo sabe", "Días de Gloria", "Eras tan feliz", "La guitarra y el puñal", "Bajo el huracán", "Mala racha" o este mismo "Soñando otra vez", son canciones llenas de nostalgias, historias, tristezas. Canciones de frontera y de desierto. Contienen destellos como "...mi mala sangre me ampare...", "...cuantos deseos puros como el cristal / se pierden / recuerda como vendiste tu libertad...", "...a las calles donde conoció el sabor del mal...", "...las calles mojadas me hablan / diciendo hoy es el final tu dulce mirada / las noches tan largas no, no volverán...". Canciones con alma sureña, con vientos que traen el aroma del desierto de Los Monegros, canciones meditabundas y eremitas, creadas en Veruela, pero también canciones urbanas, de asfalto. No, no volverán.

El 9 de febrero en la Multiusos de Zgz. Es sólo Rock&Roll, but I like it...

miércoles, 30 de enero de 2008

Miedo y Asco en Las Vegas - Terry Gilliam

Dos tipos en un descapotable. Uno semiinconsciente, otro cazando murciélagos invisibles. Una larga carretera que atraviesa el desierto. Y un maletín repleto de éter, ácido, cocaína, cannabis,... Es el inicio de una road movie, de un viaje físico y mental en pos de lo que uno de ellos denomina "el sueño americano".


Basada en el homónimo relato de Hunter S. Thompson, la historia se centra en los primeros setenta, cuando el periodista encarnado por un alopécico y excesivo Johnny Depp (para hacerse una idea, haciendo de pirata estaría sobrio y mesurado) y su abogado, un Benicio del Toro muy pasado de kilos y con brotes psicóticos, se acercan a Las Vegas a cubrir un carrera de motos, en primer lugar, y una convención de policía antinarcóticos, en segundo. Sin embargo, bajo esta excusa argumental, surge una bacanal visual totalmente alucinada, algo a lo que también ayuda el tono totalmente excesivo, desmesurado de los (únicos) protagonistas de la historia, que se comportan rebosantes de la hybris griega.

Y Terry Gilliam, totalmente desatado, llena el film de extraños movimientos de cámara, encuadres forzados, travellings, grúas, picados y contrapicados. Elementos que contribuyen, aún más si cabe, a aumentar el extrañamiento de todas las situaciones, a alimentar los efectos especiales que reflejan los estados alucinados del personaje que interpreta Depp. Imágenes, a veces salvajes y sincopadas, otras suaves y cadenciosas, como el precioso travelling acuático en la inundada habitación del hotel.

Un espectáculo visual, demente y lisérgico, a veces violento, con una preciosa banda sonora de la época (maravillosos esos Jefferson Airplane durante el "mal viaje" de Del Toro con su White Rabbit de fondo) que supone en cierta medida una violación de ese "sueño americano" que rastrea durante sus múltiples viajes (mentales) el personaje principal. Una visualización de la agonía de la liberación espiritual de Timothy Leary, del movimiento hippie. Una crítica al mundo norteamericano que se extinguía y una crítica que, en cierta forma, también toca puntos actuales.
Sin embargo, y a pesar del espectáculo visual, del derroche imaginativo, que lleva hasta el límite (e incluso lo cruza) algunas situaciones y de apuntes interesantes, la película acaba pecando de falta de continuidad, las escenas se suceden con desigual interés y esas críticas que señalábamos antes acaban diluyéndose en esta orgía desvariada y lisérgica, haciendo de ella una película nada fácil, fallida y de interés discontinuo, irregular.

La película, a través del personaje de Depp, nos viene a decir algo que Kurtz ya adelantó tiempo atrás, el horror, el infierno, no son los otros. El infierno somos nosotros mismos.

lunes, 21 de enero de 2008

Nick Cave

Sí, estoy preparado para el amor, y para el rock. Estoy preparado para escuchar baladas asesinas desde ella a la Eternidad, para escuchar la lira de Orfeo y el blues del matadero. Para que hable de asesinatos de vaqueros y de cobardes, de Henry Lee, ¡Oh, nena, estoy en llamas!, ¡cántame la canción del barco en el lugar donde crecen las rosas salvajes!. Estoy preparado para que este crooner del más allá, esta garganta tenebrosa, y también profunda, me lleve a las alas del deseo, al cielo sobre Berlín. Para que susurre, se arrastre, grite. Para que su piano ruja y las guitarras giman y deslicen su llanto y su furia. Para una orgía nocturna de rabia sincopada. Y para que el señor Cave exija a Lázaro que cave sin descanso...

Y es que parece ser que el día 24 de abril vendrá con sus malas semillas a Zaragoza.

EDITO: Finalmente, a pesar de lo apuntado en el link previo, no vendrá a Zgz: el 24 en Anoeta y el 25 en la Razzmatazz (una pena, vamos).

viernes, 18 de enero de 2008

Blade Runner - Ridley Scott


Tarde o temprano tenía que caer esta película y que mejor manera que aprovechando la edición re-definitiva (al menos hasta la próxima) que incluía en un maletín hasta un cochecito de regalo. Y sí, puede que en alguna ocasión mi vena freak me pierda, pero ya se sabe errare humanum est...

Como gran parte de la humanidad sabe bajo el nombre de Ridley Scott, realmente se esconden dos gemelos siameses idénticos. Bueno, al menos yo pienso eso, porque no me creo que alguien capaz de hacer películas como Alien o ésta mismo, sea capaz en otra ocasión de evacuar La teniente O'Neil, por ejemplo. Y es que da igual como la miremos, porque Blade Runner es una de las grandes películas, como mínimo, de mi historia.

Como decíamos antes, la excusa para este post es la denominada "versión definitiva", cuarta versión que conoce la película tras el "montaje original", el "montaje original internacional" y el "montaje del director", con lo cual esta "versión definitiva" en el fondo es el "remontaje del director" o, si se prefiere el "montaje que originalmente pensaría el productor pero que los productores no le dejaron hacer teniendo que estrenarse el montaje del productor". Ha quedado claro, ¿no?, pues eso.
Sin embargo, una vez entrados en materia y comparando las versiones, pocas novedades hay realmente entre la "definitiva" y el "montaje del director" (y ya saben, la parte contratante de la primera parte...). De cualquier manera para interesados en el tema de las diferencias, nada mejor que consultar esto.
Yo a pesar de los pesares, me quedo con la "original" , porque esa voz en off, le da un marcado tono de cine negro, incluyendo un descreimiento y un cinismo habitual en este mundillo de detectives, femmes fatales y tipos duros, y, personalmente, el noir me encanta.

Como gran parte de los humanos sabrán, Blade Runner narra la historia de un tipo que se dedica a "retirar" (= matar) replicantes (= pellejudos = robots-humanoides-que-llegan-a-La-Tierra-donde-no-pueden-estar). Concretamente, Rick Deckard (que no Blaine) es uno de ellos y tiene que encargarse de cuatro de éstos, aunque en las diferentes versiones el número es más confuso que los salvoconductos que guarda el otro Rick antes citado).

Pero junto a esta trama que sirve de base e hilo conductor de la película, van surgiendo diferentes vías argumentales, a veces sólo apuntes, que permiten hacer múltiples lecturas de la película logrando que gane en interés y matices. Desde la historia de amor con una replicante (nunca Sean Young ha estado igual de bella) hasta la propia posibilidad, más o menos insinuada según la versión, de que el propio Deckard sea un replicante, pasando por el hecho de que estos androides acaben resultando más humanos que los propios humanos y, de paso, por el camino citamos a Niezstche, a Sartre o a Freud.
Porque que se puede pensar de unos seres con una fuerza y una inteligencia sobrehumana, o mejor, y en términos niezstchianos, "superhumana", que vuelven a La Tierra para conseguir vivir más tiempo, puesto que tienen una fecha de caducidad. A ello hay que sumarle que finalmente acabarán enfrentándose y "matando al padre", de manera literal. Además, estos humanoides, que ansían vivir más, ante la falta de recuerdos propios, coleccionan fotografías antiguas aferrándose a un pasado que, en el fondo, saben que nunca fue propio.
Y luego está Deckard, cubierto por la gabardina, comiendo fideos bajo la incesante lluvia y que puede que no sueñe con ovejas eléctricas, en un mundo en el que los animales son fabricados, pero sí que sueña con unicornios blancos y colecciona fotos. Una ambigüedad constante, que en alguna de las escenas suprimidas quedaba totalmente resuelta. Por suerte es un extra y no una realidad. Es mucho mejor elegir.
En cuanto a la parte final, esa cacería humana que acaba sin malvado Zaroff, resulta sobrecogedora, aunque no tanto como el famoso y maravilloso monólogo final. La genial música de Vangelis acompañada de la lluvia, subraya y sublima el momento.



Vamos, una obra maestra en cuanto a guión, música, realización, fotografía (esos maravillosos filtros azules que contribuyen a esa tristeza, a ese fatalismo que impregna la película), interpretación e, incluso, anticipación, porque probablemente es el futuro más creíble de todos cuantos hemos podido ver en la pantalla. Un film que se convertirá en obra de referencia estética y en película de culto para varias generaciones y que hoy, más de 25 años después, sigue teniendo una fuerza impresionante.

"Es una pena que ella no pueda vivir... pero ¿quién vive?".