Recientemente, a raíz del proyecto Sesiones Dobles, tuve noticia por el un post de uno de los participantes (concretamente de Cinéfilo-compulsivo) de la publicación en España de un pack de este complejo director. Una excelente noticia. Ahora queda ver si la edición está a la altura...
Entre los trabajos que se incluyen, además de la también fundamental Sans Soleil, aparece La Jetée (1962), sin duda uno de los más interesantes elaboraciones de Marker y sobre la cual me apetecía hablar un poco...
La obra en sí, aparece definida por su director como foto-novela (de hecho en el pack antes mencionado lo hace como foto-relato) y es que la "película" consiste en una sucesión de imágenes fijas, fotografías al fin y al cabo, unidas a través del hilo argumental y del audio.
La historia parte de un futuro apocalíptico, un París post-atómico, en un mundo que parece haber sufrido la III Guerra Mundial, en el que la gente vive en unas galerías subterráneas. En ese futuro devastado la policía de los sueños elige un prisionero para que retroceda en el tiempo en busca de algo que pueda solucionar la supervivencia de la humanidad.
Pero lo interesante del elegido para ese viaje temporal, es la fuerza de un recuerdo de su infancia, un recuerdo vinculado al aeropuerto de Orly, a una mujer, a una frase que aparentemente se lleva el viento y a un violento suceso que supone la muerte de un adulto...
Tras sus primeros viajes en el tiempo en el que, como si un bucle temporal fuera, se repiten las mismas situaciones, las mismas frases, en un día de la marmota amoroso que podría haber ocurrido en Marienbad, finalmente volverá al recuerdo de su infancia. Pero esta vuelta a su pasado acaba siendo un déjà vu brutal en el que las imágenes que con tanta fuerza habían quedado marcadas en el recuerdo cuando era niño no eran sino la secuencia de su propia muerte futura. De esta manera una misma persona acaba siendo víctima y el testigo
De esta manera, esta historia, de donde bebe directamente Terminator y que fue "rehecha" en 12 monos, acaba siendo la plasmación de una paradoja espacio temporal, a la vez que una reflexión sobre el poder de los recuerdos, una historia circular y un viaje al interior de su propia mente, a la vez que a su propio pasado.
Y es que éste siempre tiene consecuencias, proyecciones y reflejos en el presente. El mediometraje se convierte en un retorno al pasado, un poco por obligación, pero un poco también por obsesión y deseo de recuperarlo. Parece que subyace una apetencia por revivir un momento que inevitablemente (y de una manera fatal) acabará reviviendo. A la vez, este foto-relato es una reflexión sobre sobre la realidad y los recuerdos, siempre vinculados a flashes puntuales, a instantáneas concretas, sobre la mirada y el sujeto de ésta. Esto queda subrayado, de alguna manera, en el único momento de movimiento: el parpadeo de unos ojos.
2 comentarios:
No tenía ni idea, compa Hatt, de la existencia de esta película: sugerente y rarita sí que parece, desde luego; eso sí, también te he de confesar que tu texto invita a echarle una mirada (y ese es mérito todo tuyo, no más...).
Un abrazo.
Pues si te animas a verla Manuel, cuando quieras puedes comentar que te ha parecido.
Un saludo. Nos leemos.
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