jueves, 7 de febrero de 2008

Lucio Apuleyo

Llegué a las fronteras de la muerte, pisé el umbral de Proserpina y a mi regreso crucé todos los elementos; en plena noche, vi el sol que brillaba en todo su esplendor; me acerqué a los dioses delinfierno y del cielo; los contemplé cara a cara y los adoré de cerca. Esas son mis noticias: aunque las has oído, estás condenado a no entenderlas*.


Los riesgos de ir más allá, porque cuando miras al infinito, corres el riesgo de que éste mire a tus ojos y todo el mundo paga algún tipo de peaje por ello. El horror, el horror, el horror...

* Lucio Apuleyo. La Metamorfosis o El Asno de Oro, XI, 23, 7 (traducción de L. Rubio Fernández, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1987).

2 comentarios:

Blink dijo...

lo del asno de oro es como si el lazarillo de tormes se hubiera reencarnado en gregorio samsa escrito por j.k rowling.... vaya cositas que leemos hatt jeje. un saludo:-)

Hatt dijo...

Bufff, me cuesta seguir e imaginar esa comparación. Será por la hora...

Un saludico.