Llegué a las fronteras de la muerte, pisé el umbral de Proserpina y a mi regreso crucé todos los elementos; en plena noche, vi el sol que brillaba en todo su esplendor; me acerqué a los dioses delinfierno y del cielo; los contemplé cara a cara y los adoré de cerca. Esas son mis noticias: aunque las has oído, estás condenado a no entenderlas*.
Los riesgos de ir más allá, porque cuando miras al infinito, corres el riesgo de que éste mire a tus ojos y todo el mundo paga algún tipo de peaje por ello. El horror, el horror, el horror...
* Lucio Apuleyo. La Metamorfosis o El Asno de Oro, XI, 23, 7 (traducción de L. Rubio Fernández, Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1987).
2 comentarios:
lo del asno de oro es como si el lazarillo de tormes se hubiera reencarnado en gregorio samsa escrito por j.k rowling.... vaya cositas que leemos hatt jeje. un saludo:-)
Bufff, me cuesta seguir e imaginar esa comparación. Será por la hora...
Un saludico.
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