
Puede que no fuera especialmente guapo. Puede que no fuera especialmente alto (1,70 m.). Puede que en su círculo de amistades hubiera personajes poco recomendables o hasta siniestros. Puede también que algunas de sus películas fueran malas. Incluso puede que no tratase a un ser mitológico como Ava Gardner de la manera que hubiera debido, incluso se fueron bebiendo la vida a medias, pero siempre a grandes tragos.
Pero ahí está su maravilloso y entrañable personaje en "De aquí a la eternidad" o la interpretación esforzada e intensa de "El hombre del brazo de oro" o el optimismo contagioso e irrefrenable de "Un día en Nueva York" (con el gran Gene Kelly). Ahí está su encanto, su clase, su elegancia. Ahí está su personalidad, que le permitió seguir Su Camino como él quiso, al dictado de sus emociones más que de su cerebro (nunca una canción sin ser propia reflejó tan bien la vida de una persona). Y ahí nos quedan My way, Strangers in the Night, Something Stupid (con su hija Nancy), I´ve got you under my skin o Mack the Knife.
Y su voz, la voz del Ol' Blue Eyes...
Pero ahí está su maravilloso y entrañable personaje en "De aquí a la eternidad" o la interpretación esforzada e intensa de "El hombre del brazo de oro" o el optimismo contagioso e irrefrenable de "Un día en Nueva York" (con el gran Gene Kelly). Ahí está su encanto, su clase, su elegancia. Ahí está su personalidad, que le permitió seguir Su Camino como él quiso, al dictado de sus emociones más que de su cerebro (nunca una canción sin ser propia reflejó tan bien la vida de una persona). Y ahí nos quedan My way, Strangers in the Night, Something Stupid (con su hija Nancy), I´ve got you under my skin o Mack the Knife.
Y su voz, la voz del Ol' Blue Eyes...
Nos vemos en el infierno, Frankie. Ve preparando un par de copas más, porque me tienes que contar muchas cosas...