"Meridiano de Sangre" narra la historia, basada en hechos reales, de un grupo de mercenarios, una expedición paramilitar, que son contratados por diferentes ciudades para acabar con el mayor número posible de indios. Pero bajo esta excusa argumental, lo que vamos a presenciar es una orgía de sangre, un taurobolio en el que el toro va a ser sustituido por el ser humano en general como víctima del sacrificio. Una visión totalmente oscura sobre el hombre, sus escrúpulos y su violencia. Homo, homini lupus... Basado, según parece, en hechos reales, si algo define a este western crepuscular y literario es la desmesura. Y es que la novela supura sangre por sus lomos aunque no está exenta de belleza y cierta poesía
Narrada con un estilo seco y directo, en la que sorprende los cambios de ritmos que aparecen a lo largo de toda la historia. Pero destaca, sobre todo, lo descriptivo que resulta, llenando de matices y detalles cada una de sus minuciosas enumeraciones y paisajes. Este ejemplo quizás permita hacerse una idea de ese estilo tan directo y, a la vez, tan cargado de metáforas.:
En cuanto a la historia en sí, atrapa y engancha. Y es que las peripecias (rojas) de este grupo capitaneado por Glanton, una especie de dandi trágico y, sobre todo, desmesurado, y el juez Holden, al que luego nos referiremos, viven en un mundo de frontera. De frontera entre estados, pero sobre todo de Frontera entre lo salvaje y lo civilizado, tendiendo siempre a evidenciar lo primero en contextos urbanos, protagonizando orgías, borracheras y, principalmente, estallidos de una violencia brutal. Sin embargo, en el fondo es también, como Glanton intuye en algún momento, una tragedia en la desmesura, la hybris de la que hablaban los griegos, hará que los dioses impongan un castigo al hombre por ese orgullo.
De todos los personajes que cruzan las páginas, entre los que se incluye el "chaval" o "muchacho" que sirve de personaje conductor de la historia, una especie de protagonista en off, casi siempre aparentemente fuera de campo y de la acción, o el resto de componentes del denominado "Grupo Glanton", destaca por su fuerza el juez Holden, al que aludíamos antes.
El juez es una figura casi mitológica y divina que es vista por algunos críticos como un trasunto de Moby Dick (al igual que toda la novela es emparentada con la obra de Melville, la favorita del autor). Albino, enorme, recopilando constantemente información sobre todos los elementos del mundo que van recorriendo y dueño de una particular concepción del mundo, resulta sin duda el personaje más interesante, desarrollado y complejo de la novela, aunque también tenga mucho de icónico y resulte, en ocasiones, incluso demasiado irreal (dentro de la propia irrealidad del personaje en la novela). Es una presencia, un fantasma que se aparece en cualquier lugar y de la manera más insospechada. Un monstruo de cuento infantil o de película de terror, que acaba condenando a quien acompaña como un Midas crepuscular y mítico o un trasunto de la muerte del "Séptimo Sello".
De cualquier manera, lectura recomendable, a pesar de que a veces puede llegar a agotar la minuciosidad de las descripciones y las enumeraciones.
Narrada con un estilo seco y directo, en la que sorprende los cambios de ritmos que aparecen a lo largo de toda la historia. Pero destaca, sobre todo, lo descriptivo que resulta, llenando de matices y detalles cada una de sus minuciosas enumeraciones y paisajes. Este ejemplo quizás permita hacerse una idea de ese estilo tan directo y, a la vez, tan cargado de metáforas.:
"Vio hombres asesinados con armas de fuego y con cuchillos y con sogas y vio batirse a muerte por mujeres cuya tarifa ellas mismas fijaban a dos dolares. Vio buques procedentes de la China amarrados con cadenas en los pequeños puertos y balas de té y de esencias y de especias abiertas a espada por menudos hombres amarillos que hablaban como los gatos. En aquella costa solitaria donde las empinadas rocas acunaban un mar oscuro y murmullante vio planear buitres..."
En cuanto a la historia en sí, atrapa y engancha. Y es que las peripecias (rojas) de este grupo capitaneado por Glanton, una especie de dandi trágico y, sobre todo, desmesurado, y el juez Holden, al que luego nos referiremos, viven en un mundo de frontera. De frontera entre estados, pero sobre todo de Frontera entre lo salvaje y lo civilizado, tendiendo siempre a evidenciar lo primero en contextos urbanos, protagonizando orgías, borracheras y, principalmente, estallidos de una violencia brutal. Sin embargo, en el fondo es también, como Glanton intuye en algún momento, una tragedia en la desmesura, la hybris de la que hablaban los griegos, hará que los dioses impongan un castigo al hombre por ese orgullo.
De todos los personajes que cruzan las páginas, entre los que se incluye el "chaval" o "muchacho" que sirve de personaje conductor de la historia, una especie de protagonista en off, casi siempre aparentemente fuera de campo y de la acción, o el resto de componentes del denominado "Grupo Glanton", destaca por su fuerza el juez Holden, al que aludíamos antes.
El juez es una figura casi mitológica y divina que es vista por algunos críticos como un trasunto de Moby Dick (al igual que toda la novela es emparentada con la obra de Melville, la favorita del autor). Albino, enorme, recopilando constantemente información sobre todos los elementos del mundo que van recorriendo y dueño de una particular concepción del mundo, resulta sin duda el personaje más interesante, desarrollado y complejo de la novela, aunque también tenga mucho de icónico y resulte, en ocasiones, incluso demasiado irreal (dentro de la propia irrealidad del personaje en la novela). Es una presencia, un fantasma que se aparece en cualquier lugar y de la manera más insospechada. Un monstruo de cuento infantil o de película de terror, que acaba condenando a quien acompaña como un Midas crepuscular y mítico o un trasunto de la muerte del "Séptimo Sello".
De cualquier manera, lectura recomendable, a pesar de que a veces puede llegar a agotar la minuciosidad de las descripciones y las enumeraciones.
9 comentarios:
Muy interesante reseña; veo que voy a tener que leerla con calma.
Esa insinuación al Grupo Salvaje y a Moby Dick son acicates irresistibles.
Una vez leída, Hatt, dime:
¿Hará con ella Ridely Scott que trabaja sobre un guión de William Monahan (autor de la reconversión de "Infernal Affairs" a "Infiltrados") un nuevo truño marca de la casa, o volverá a ofrecer un producto digno?
[Es la pregunta del millón que, como cinéfilo (la cabra, ya se sabe...) me hago. ]
Saludos.
Por suerte ni me había enterado...
De todas formas, no sé por qué pero me imagino que habrá planos ralentizados, filtros de colores y una música con una voz femenina lánguida...
A ver si hay suerte y la hace el gemelo bueno (ése que está casi siempre escondido).
De todas formas, a ver como plasman en la pantalla la violencia (nada sutil ni mesurada) y la fisicidad de todo el libro.
Un saludico.
Apuntado queda. Y sobre Scott, me temo que ahora le toca truño. Va por etapas.
Un abrazo
Hola, quería decirte más que nada que me gustó que hayas hablado del gran film de Sturges en el post anterior. Es uno de mis preferidos de ese director. Saludos!
Gracias budokan, espero que te haya gustado el comentario y un saludo.
En cuanto a 39, pues supongo que tienes razón (como en mucho de lo que comentas), pero bueno, concedámosle el beneficio de la duda...
¡Nos leemos!
Cómo me gustan este tipo de relatos centrados en personajes mercenarios.
Siempre me ha dado mucha pereza la literatura de McCarthy, pero recientemente rompí la barrera y me acerqué a "La carretera" con excelentes resultados, de modo que apunto tu recomendación.
El estilo McCarthy es inconfundible, no apto para todos los públicos. Por eso, me alegro de que te haya gustado Hatt.
Por cierto, muy acertada la reseña, co!
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