Tengo que reconocer ante todo que las historias nostálgicas me gustan. Las típicas reuniones de viejos amigos que se reencuentran tras varios años y ven como la mayoría de sus sueños no se han cumplido, que las viejas heridas nunca cicatrizan del todo y que, a pesar del tiempo transcurrido, todo sigue siendo igual para bien y para mal. De hecho lo único que se ha cumplido en estas historias es años... Me refiero a películas como "Reencuentro" (con ese nombre, qué esperabais), "Los amigos de Peter" o "Beautiful girls" (o cómo nos enamoramos de Natalie Portman). Y lógicamente me refiero también a este "Tokio blues". En ese sentido, un libro como éste con un principio como el que tiene hacía que partiera con una predisposición bastante positiva hacia su lectura. De hecho ese primer capítulo me gustó bastante, tenía casi un aroma que ligeramente recordaba al olor metálico de la tierra (si es que una lectura puede oler).
Y en conjunto el libro me gustó. Pero me decepcionó. No sólo es que en algunos momentos adopte un tono didáctico (toda la parte referida a la visita al sanatorio tiene un aire que mezcla ese tono con toques de New Age) o que a veces el relato se vea totalmente trufado de referencias culturales (occidentales) que en ocasiones llegan a resultar excesivamente reiterativas (bajo mi punto de vista una cosa es ir introduciendo elementos de este tipo para ir dando pequeños detalles de "vida" al relato y otra es la enumeración erudita y casi exhibicionista...). El principal punto negativo que encuentro en su lectura es el personaje principal, el narrador de la historia. Un personaje que acaba resultando demasiado tópico y que, por ello resulta decepcionante: un chico solitario, que bebe whisky, cargado en ocasiones de demasiada autocompasión. Vamos un rebelde sin causa de la escuela de Jimmy Dean. Casi veo a este Dean de ojos rasgados con una gabardina, caminando sólo en la noche con una colilla colgándole de la comisura de los labios, como en un gesto detenidamente estudiado...
Junto a ello, sin embargo, hay elementos interesantes como pequeños detalles llenos de vida, el tema de la muerte unida al suicidio, auténtica protagonista en "off" del libro y por supuesto un personaje que me gusta mucho: Midori. Especialmente en todas sus primeras intervenciones.
En definitiva, una entretenida rememoración de momentos iniciáticos de la juventud del protagonista con elementos muy interesantes (y varios coprotagonistas muchas veces en off), pero que a veces no logra evitar caer en el tópico.
Y en conjunto el libro me gustó. Pero me decepcionó. No sólo es que en algunos momentos adopte un tono didáctico (toda la parte referida a la visita al sanatorio tiene un aire que mezcla ese tono con toques de New Age) o que a veces el relato se vea totalmente trufado de referencias culturales (occidentales) que en ocasiones llegan a resultar excesivamente reiterativas (bajo mi punto de vista una cosa es ir introduciendo elementos de este tipo para ir dando pequeños detalles de "vida" al relato y otra es la enumeración erudita y casi exhibicionista...). El principal punto negativo que encuentro en su lectura es el personaje principal, el narrador de la historia. Un personaje que acaba resultando demasiado tópico y que, por ello resulta decepcionante: un chico solitario, que bebe whisky, cargado en ocasiones de demasiada autocompasión. Vamos un rebelde sin causa de la escuela de Jimmy Dean. Casi veo a este Dean de ojos rasgados con una gabardina, caminando sólo en la noche con una colilla colgándole de la comisura de los labios, como en un gesto detenidamente estudiado...
Junto a ello, sin embargo, hay elementos interesantes como pequeños detalles llenos de vida, el tema de la muerte unida al suicidio, auténtica protagonista en "off" del libro y por supuesto un personaje que me gusta mucho: Midori. Especialmente en todas sus primeras intervenciones.
En definitiva, una entretenida rememoración de momentos iniciáticos de la juventud del protagonista con elementos muy interesantes (y varios coprotagonistas muchas veces en off), pero que a veces no logra evitar caer en el tópico.
11 comentarios:
No conocía este libro pero ahora a través de este post me doy una idea de si me va a gustar o no. Saludos!
"Tokio Blues", a pesar de ser de las últimas novelas de Murakami publicadas en nuestro país, es una obra bastante temprana de este autor. En sus últimas novelas se nota una notable evolución. Aun así, es una total exageración considerarlo, como hacen algunos críticos literarios, como el mejor autor en vida. ¡¡EXAGERACIÓN BRUTAL!!
De todos modos, si te animas a leer algo más de Murakami, te advierto que "la enumeración erudita y casi exhibicionista" es una constante en su obra (bueno, sólo me he leído tres de sus libros, pero vamos... se ve de qué pie cojea).
Midori es un personaje "simpático" y bastante espontáneo, pero Naoko tiene bastante más miga... y hasta aquí puedo leer.
Personalmente, tengo ganas de echarle el guante a "La caza del carnero salvaje" y "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo".
En fin, compa Hatt, cuando un autor despierta tanta expectación (y está claro que ése es el caso de Murakami), algo debe tener (no necesariamente bueno, pero sí llamativo). En cualquier caso, siempre es bueno tener alguna referencia, y, con tu reseña, ya la tengo. A ver cuando hay ocasión de echarle lectura a los textos de marras.
Un abrazo.
¿Hablamos de "El guardián entre el centeno" de Salinger? Es que me he perdido. Lo digo por el título de la entrada. Los comentarios han acabado de liarme xDD.
Si es ese yo lo leí hace muchos años en 8º de EGB y no me acuerdo de nada :P.
Jajaja, no Dooddle, hablo de "Tokio Blues" que está muy influenciado, creo, por "El guardián entre el centeno", de ahí el título con ese "magnífico y sutil" juego de palabras.
Nos leemos.
Quizá Hatt ha titulado así el post debido al paralelismo entre la historia protagonizada por Holden Caulfield y esta otra del japonés Watanabe (de ahí vendrá el cambio de centeno por mijo).
Pero lo mejor es que lo explique el propio autor del post... Aunque creo que Hatt y yo "nos entendemos" suficientemente bien como para interpretar nuestras mutuas pajas mentales, aun así no me siento autorizado a extraer conclusiones precipitadas en este aspecto.
:D
Estas coincidencias con algunos personajes me asustan...
Jejeje (es broma... o no).
Sí, eso de escribir casi lo mismo a la misma hora...¡¡acojona tronco!!
por cierto, (y no es por incordiar) me refiero al titulo - guardián o has dejado "guadián" a proposito?
Serás incordio...
A mí me gustan las referencias occidentales en la literatura de Murakami, posiblemente le vengan de haber sido traductor al japonés de grandes novelistas americanos, y sobre todo un amante de esa inmensa cultura.
Saludos.
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