lunes, 11 de febrero de 2008

El Crack - Alfredo Landa

Normalmente, cuando se piensa en tipos duros (hombres de verdad que diría una amiga mía, ¿eh, Ieva?) vienen a la mente actores como Bogart, Mitchum, Gable, Dana Andrews, Robert Ryan, Warren Oates, Kirk Douglas, Clint Eastwood, incluso gente como, Christopher Walken, Russel Crowe, Bruce Willis...; rostros a menudo sin afeitar, como esculpidos en piedra a veces. Facciones marcadas, gente capaz de encenderse una cerilla en el rostro o, como en alguna película que ahora no recuerdo, hasta en el antebrazo. Personajes escudados en la ironía o en el cinismo, conservados en alcohol y con un pasado casi tan turbio como su presente. L.A. Confidencial, Laura, La Jungla de Cristal, Retorno al Pasado, Quiero la Cabeza de Alfredo García o Al Borde del Peligro (Where the Sidewalk Ends), son ejemplos cercanos al arquetipo de estos seres aparentemente de una pieza que, sin embargo, suelen guardar dentro de sí un punto débil, un punto que les hace bajar la guardia y los humaniza. Y no pocas veces, como diría alguno de nuestros políticos, tiene forma de diabolo, y es que ya se sabe "The Devil is a Woman" (o el Diablo, que para el caso...).


Dentro de este grupo de prototipos varoniles, poca gente incluiría a Alfredo Landa, más relacionado con Vente a Alemania, Pepe. Sin embargo, y por paradójico que parezca, Es este actor, quien más se acerca a esta figura dentro del cine español. De acuerdo que este Marlowe castizo, Germán Areta, no tiene ni su planta ni su fisonomía, pero tampoco le hace falta, tal y como demuestra ese díptico del cine negro español que es El Crack y El Crack 2. De hecho, basta con ver las primeras escenas de ambas películas para ver el carácter y el tacto de los que hace gala este detective privado. En la primera de ellas, un atraco a un típico bar de carretera donde Landa está comiendo un plato combinado (probablemente con huevo frito incluído), rodeado de casettes, probablemente de Pimpinela, Julio Iglesias o Rocío Jurado, acaba con éste encañonando por debajo de la mesa al atracador mientras le dice "devuélveme el mechero o te quemo los huevos". Mientras en el segundo da una pequeña paliza a tres delincuentes que se habían apropiado de su coche. Toda una lección por parte de este Jarry, con J, el sucio.



Y es que ambas películas, filmadas por Garci dentro de esa cinefilia que a veces tanto le lastra, pero que en ocasiones como ésta le ayuda, demuestran que los detectives duros también son posibles en una Gran Vía madrileña atestada de Seiscientos. Aunque claro, aquí póker más bien poco, en estas películas se juega a mus, con unas partidas rodadas con un naturalismo subrayable. Además, en ocasiones, como sucede en la visita que le hace a Arturo Fernández en la segunda parte, el güisqui, con o sin hielo, se sustituye por brandy. Cosas de la España cañí...

Una película nostálgica, con buenos diálogos y guiños al cine clásico, con conversaciones sobre New York y el boxeo, con un barbero de los de toda la vida, con explosiones de acción, turbiedad, sabuesos siguiendo pistas que llevan a descubrir la podredumbre que nos rodea, intentos de asesinato y, sobre todo, con un Alfredo Landa demostrando lo gran actor que ha sido. Con una interpretación contenida, llena de matices, tristeza y melancolía en una mirada pensativa, reflexiva, diletante. Con una actitud desencantada y demasiada profesionalidad. Y también, si es necesario, expeditivo, como en algunos momentos puntuales, e incluso cínico. Una gran interpretación a pesar del lastre de las situaciones "familiares" de pareja, menos logradas. Junto a él un buen reparto, en el que sobresalen Miguel Rellán y José Bódalo, una buena dirección, muy clásica como no podía ser de otra manera, con guiños a los 40's, y buen montaje y una banda sonora con el tono adecuado, hacen más que recomendable esta visita al noir hispano.

Estas líneas, este comentario, son también una suerte de homenaje a una carrera en la que a pesar de haber sombras, brillan luces como éstas.

7 comentarios:

Matías Irarrázabal dijo...

Interesante blog


http://asociaciondelbuenescribir.blogspot.com/


saludos cordiales

Anónimo dijo...

Landa, gran actor

Anónimo dijo...

Qué alegría encontrar reseñada aquí esta dupla de películas. Landa está espectacular y ambas cintas suponen la asunción y la asimilación del género negro dentro de la cinematografía española, adaptando, no copiando, como sucede con otros géneros más de moda ahora, en particular con el fantástico.

Josep Lloret Bosch dijo...

Muy acertadas palabras para agradecer a Don Alfredo los buenos momentos que en su larga carrera nos ha ofrecido.

Siemepre he hallado un cierto paralelismo entre la carrera de Landa y la de Sean Connery: ambos, con el paso del tiempo, dejan de hacer películas con papeles fáciles y acaban por conseguir una plenitud de microgestos que configuran y dan fuerza a cualquier personaje que afrontan.

La versatilidad de Landa quizás es incluso mayor, pues la diversidad de sus papeles así lo demuestra. Si en vez de ser español hubiera sido anglosajón, seguro que su popularidad en la cinefilia habría sido mundial.

Saludos.

Anónimo dijo...

Por fin una entrada sobre los hombres de verdad... vale, Landa como tu mismo dices no llega a tener la espalda de mitchum ni mandíbula de dana adrews, las mujeres no son ni la mitad de guapas como jane russell, y a ninguna se le ocurre ponerse la media en plena cubierta del barco (...). pero... la pelicula engancha. entre la tristeza y los bajos fondos madrileños está Germán para acabar con los malos y seguir escuchando a su barbero los detalles de los combates míticos de boxeo. y a pesar de ser cañi aqui hay de todo - navajazos, tiroteos, coches que explotan, malos malísimos, mujeres de mal vivir y el heroe desanimado y triste.

Manuel Márquez dijo...

Tampoco yo he visto, compa Hatt, ninguno de los dos "cracks", y bien que me pesa, porque las referencias que tengo de ellos (no sólo las de tu magnífica recensión, sino también algunas anteriores) son muy, muy buenas. Además, estando metido el ajo el señor Landa, en ese momento en que empezaba a soltar el lastre del landismo para emepezar a cuajar en ese monstruo que llegó a ser luego, pues motivo de más.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

José Luis Garci, demostró con esta película que por estos "barrios" tambien se podia hacer cine de este tipo. Garci hace pués, un buen filme tipo cine-negro, y nos cuenta una historia muy interesante: la de un detective encargado de encontrar a la hija e un hombre de negocios... Con un humor nrgro, partidas de mus y por supuesto mucha emoción, para mi es una película muy buena, y en donde uno se queda verdaderamente asombrado de ver a un Alfredo Landa, muy alejado de aquellas gilipolleces que solía hacer años atrás (me refiero a la época del tristemente landismo). Aquí se ve a un tipo duro, pero a la vez tierno, vamos un Harry Callahan "made in Spain". En fín, una etupenda película, una de esas de levantarse y quitarse el sombrero. Saludos!!!
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