domingo, 20 de abril de 2008

8 1/2

Silencio. Un coche parado en mitad del atasco. Más coches alrededor. Autobuses. Gente en sus vehículos parados que miran hacia el primer coche. Miradas vacías, rictus insensibles. Se mantiene el silencio. Un gas en el primer coche. Un hombre que intenta salir y no puede. Una "Cabina" con cuatro ruedas. Por fin consigue salir. Echa a volar. Pero está atado del pie. Es un hombre cometa que acaba por ser arrastrado y lanzado al mar...

Este impactante inicio, esta pesadilla emparentada con la de Fresas Salvajes, abre una historia sobre la creación y la imposibilidad de crear. Sobre el bloqueo ante el "folio en blanco". Sobre un hombre que, más que vivir, huye hacia adelante. Y es que Marcello Mastroianni es un director de cine en crisis. Una crisis, que por momentos parece la de los 40, y que hace que no sea capaz de aclararse en la preparación y realización de su nueva película y que puede tener que ver con esa sensación de no saber que quiere realmente y que se aplica a todas sus experiencias vitales. Pero claro, supongo que tampoco ayuda la presencia de un teórico, de un filósofo, que lo martillea constantemente durante toda la película. O su amante, o su mujer, o su productor, o una actriz consagrada, o tanta gente que lo presiona de una manera u otra durante todo el film...
Bueno, casi todo, porque tiene una iluminación, una visión, casi un fantasma, de voz levemente rota y bella presencia encarnada (o ensoñada) por Claudia Cardinale.

Y junto a ello, digresiones, flash-backs, sueños. Escenas como el encuentro con el alucinado cardenal en unas no menos alucinatorias saunas, como las apariciones del extraño mago (que posteriormente se convertirá en un teórico y maestro del Islam en la vida real), el baile que posiblemente inspiró el que rodó Tarantino en Pulp Fiction, las extrañas escenas nocturnas en la recepción del hotel, la visita al departamento de maquillaje y vestuario, los recuerdos de la infancia...

Todo hace de 8 1/2 una obra poliédrica y onírica. Repleta de sensaciones contradictorias y gran poder de sugerencia y también de espectaculares mujeres. Amor, humor, incomprensión, sueño, realidad, alucinación. Puede que sea excesiva, que esté, en ese sentido descompensada, pero, para mi, es genial. Es, además, lo que se ve, pero también lo que deja intuir con esas espectacularmente bellas melodías de Nino Rota que acaban recopilados en un final que ha sido comparado, no por casualidad, con las fresas salvajes bergmanianas.

Creación, sugerencia, rememoración (el mundo del recuerdo de nuevo), onirismo, nostalgia, irrealidad. Una declaración de principios, que es también una exhibición del alma. Como he comentado, quizás hasta excesiva. Pero claro, Fellini no ha pasado a la historia por su contención...


7 comentarios:

Lord Derfel Cadarn dijo...

Bueno... mejor me espero a leer tu reseña una vez haya visto la pinícula (a ver si puedo verla el miércoles día de San Chorche, día d'Aragón, día del libro y la borraja, copón!).

Saludicos!

39escalones dijo...

Magnífica, imprescindible. Una película que, aunque todas contienen algo de él, tiene muchísimo del propio Fellini.
Saludos

Josep dijo...

Muy buena reseña, como siempre, suscitando las imágenes de una de las dos mejores (para mí) películas de Fellini, La otra es Amarcord, que no me canso de verla.

La música de Nino Rota excepcional.

Recuerdo que hace años, la usé como fondo musical para una representación de aficionados de "Muerte accidental de un anarquista"....

Saludos.

Kimono dijo...

Hola Hatt, nos gusta tu sitio y las cosas que escribes en el. Te hemos añadido con un enlace desde nuestro Kimono. Nos leemos.

Manuel Márquez dijo...

En mi caso, compa Hatt, también estoy como Lord Derfel, aún no ví la película, pero, eso sí, no me he esperado a ello para leer la reseña: por cierto, magnífica. Invita a no dejarla pasar por mucho más tiempo (pese a la tarea acumulada...).

Un abrazo.

BUDOKAN dijo...

Hola, ese comienzo que tan bien describes, es uno de los más cinematogrpaficos y logrados de la historia del cine. Saludos!

Hatt dijo...

Un saludo y gracias a todos por comentar.

Por cierto, que a mi, aparte de ésta, Roma y Giuletta de los Espíritus son mis debilidades fellinianas...

Un saludo a todos.